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Agrocolor avala los sumideros de CO2 del invernadero almeriense

Agrocolor avala los sumideros de CO2 del invernadero almeriense

APERTURA POST ANECOOP

Almería hace cosas bien, algunas muy bien, y desde Agrocolor han creado hace solo unos meses una nueva Área de Sostenibilidad para poner en valor esas buenas prácticas culturales que no se cuentan y que suman en positivo. En este post vamos a contar las relativas a las técnicas de gestión de los sumideros agrícolas y es posible que algunos lectores se sorprendan de estar llevándolas a cabo en su invernadero, sin ser conocedores de la valía que tienen, como puede ser el abonado en verde en tomate o el triturado y picado en pimiento.

Pero antes de describirlas, ¿qué es Agrocolor? Es un organismo almeriense de certificación, inspección, verificación y ensayo que en breve cumplirá 25 años. Al frente del nuevo Área de Sostenibilidad está Ana Mª Robles Sánchez, con quien nos reunimos hace unos días para conocer sobre el cálculo de la huella de carbono, conforme a la norma ISO 14067, y cómo esta huella ambiental puede convertirse en un factor de ventaja competitiva y no en lo contrario.

Ana Mª Robles, directora del Área de Sostenibilidad de Agrocolor. /agroautentico.com
Ana Mª Robles, directora del Área de Sostenibilidad de Agrocolor.

En breve Agrocolor espera ser acreditada por ENAC para poder certificar la huella de carbono en la agricultura española, según la ISO 14067, que es la norma referida a los gases de efecto de invernadero que marca las directrices de la huella de carbono.

Los invernaderos de Almería y de la costa de Granada son “de perse” sumideros de CO2, cultivos bajo plástico que absorben dióxido de carbono.

Pero además de esta Amazonia bajo el mar de plástico, ¿cuáles son esas técnicas culturales que contribuyen a fijar CO2? Las siguientes.

Invernaderos de sandía en El Ejido. /joseantonioarcos.es

–  Técnicas de preparación y conservación del suelo:  Las técnicas de no laboreo, mínimo laboreo y siembra directa, características de la agricultura ecológica y la agricultura de conservación, contribuyen a reducir los procesos de mineralización y, en consecuencia, la liberación de CO2 a la atmósfera. Ello es debido a que una menor alteración mecánica del suelo conlleva una reducción en la tasa de descomposición de la materia orgánica: se consigue una menor aireación y menor accesibilidad de los microorganismos a la misma, ralentizando los procesos de mineralización y potenciando el mantenimiento del carbono en el suelo.

Técnicas de incorporación de carbono en el suelo: el aporte de materia orgánica al suelo resulta fundamental para mantener y aumentar los niveles de carbono en el suelo y aportar a los cultivos los elementos minerales necesarios para su desarrollo; como son

a)  El aporte regular de estiércol.

b) La reincorporación de restos de cultivo y la reducción de las prácticas de eliminación de residuos vegetales, como la quema de rastrojos o la retirada de restos de podas de árboles frutales.

c)  El empleo de abonos verdes, enterrando cultivos de vegetación de ciclo rápido expresamente sembrados para ello.

d)  La práctica de rotaciones largas y diversificadas, prestando especial atención a la alternancia de leguminosas para aumentar la fijación de nitrógeno en el suelo.

— Cultivo de herbáceas bajo la cubierta de plantaciones arbóreas (en el caso frutales al aire libre)

Recuperación de setos y linderos con especies forestales.

La recuperación arbolada de setos y linderos en el ámbito agrícola contribuye a aumentar la capacidad de absorción de carbono de los ecosistemas agrícolas y ganaderos gracias a la incorporación de ejemplares arbóreos. La instalación de arbolado puede realizarse de forma dispersa en terrenos con uso ganadero (pastizales o matorrales), conformando lindes de fincas agrícolas, formando barreras cortaviento protectoras de las explotaciones agrarias o en arroyos y vaguadas del ámbito agrícola.

Setos perímetrales alrededor del invernadero. /joseantonioarcos.es

¿Qué computa en la huella de carbono?

Este indicador ambiental refleja la totalidad de los gases de efecto invernadero, directos e indirectos de un productor; por ejemplo, los kilos de CO2 generados por un kilo de tomates o de pimientos.

Lo reseñable es que cuantifica a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, esto es, se mide desde quién ha producido las semillas, de dónde procede la energía eléctrica, el origen de los fertilizantes o de los fitosanitarios, el consumo de energía en la maquinaria, el transporte de las hortalizas a la comercializadora, el envasado también, el transporte a destino, la descarga y así un largo etcétera de tareas que comprenden la cuantificación de la huella de carbono. En este sentido el uso en la finca de productos poco procesados redundará a favor de rebajar dicha huella.

Según lo anterior, ¿puede Almería diferenciarse de los competidores calculando su huella de carbono? Por ejemplo, si un grupo de productores de tomate de Níjar, de La Cañada o de Vícar calculan dicha huella en sus fincas y es menor que la de un competidor de Agadir (Marruecos) o de Antalya (Turquía), ¿no podría emplearse dicha certificación de huella de carbono como un valor diferencial apreciado por los clientes europeos que demandan precisamente producciones sostenibles?

Actualmente el cálculo de dichas huellas ambientales es voluntario, pero las normativas europeas a corto y medio plazo apuntan a que sean obligatorias en los próximos años. Desde Agrocolor queremos adelantarnos a dicha legislación y poner en el mapa las buenas prácticas que se realizan en Almería. Darle valor a lo que ya hacen muchos agricultores, subraya Ana Mª Robles.

Ana Mª Robles, directora del Área de Sostenibilidad de Agrocolor. /agroautentico.com

Legislación sobre la huella de carbono

La reciente Ley 7/2021,  de cambio climático y transición energética, publicada en junio de 2021, establece que el Gobierno concretará, en el plazo de un año, qué tipo y tamaño de empresas estarán sujetas a la obligación de calcular y publicar su huella de carbono. Esta obligación, incluirá la elaboración de un plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que incluya «un objetivo cuantificado de reducción en un horizonte temporal de cinco años, junto con medidas para su consecución».

Artículo 25. Desarrollo rural: política agraria, política forestal y energías renovables. El Gobierno incorporará en la aplicación de la Política Agraria Común, así como en otras estrategias, planes y programas en materia de política agraria y de desarrollo rural, y en el Plan Forestal Español, medidas encaminadas a reducir la vulnerabilidad al cambio climático de los suelos agrícolas, de los montes y de los suelos forestales y para facilitar la preservación de los mismos, entre ellas, la elaboración de un mapa de vulnerabilidad, así como la evaluación y promoción de sistemas agrícolas y prácticas de gestión forestal sostenibles para aumentar su resiliencia frente al cambio climático, que fomentarán en todo caso las sinergias con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en estos ecosistemas.

El despliegue de las energías renovables debe llevarse a cabo de manera compatible con la conservación del patrimonio natural y la adecuada ordenación territorial. Para ello, perseguirá revertir parte de la riqueza que genera en el territorio donde se realice el referido despliegue para activar su economía y combatir el declive demográfico.

Invernaderos de Almería. /joseantonioarcos.es

Artículo 26. Fomento de la capacidad de absorción de los sumideros de carbono.

1. Las Administraciones Públicas competentes promoverán la identificación, clasificación, cartografía, aumento y mejora de los sumideros de carbono, incluidos los sumideros de carbono azul definidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, así como su evaluación y contabilización a partir de las fuentes de información existentes.

2. Las Administraciones Públicas, en el marco del Consejo Nacional del Clima y la Comisión de Coordinación de Políticas de Cambio Climático, adoptarán las acciones oportunas para incentivar la participación de personas y entidades propietarias y gestoras públicas y privadas, especialmente los del sector agrario y forestal, en el aumento de la capacidad de captación de CO2 de los sumideros de carbono.

3. A los fines señalados en los apartados anteriores, se fomentarán las acciones que resalten las externalidades positivas que proporcionan los sumideros de carbono terrestres y marinos, especialmente aquellas que proporciona el sector agrario y forestal, así como el uso de la biomasa de origen primario como fuente de materiales, los productos forestales de los montes como materias primas con ciclo de vida óptimo, servicios ecosistémicos y energía de origen renovable y sostenible. A tal efecto, la acción de fomento señalada se llevará a cabo en el marco del necesario apoyo a la bioeconomía como motor de desarrollo de las zonas rurales, y adaptada a las obligaciones ligadas a la calidad del aire.

Tomate Sotomayor de Hazera en invernaderos de Almería. /joseantonioarcos.es

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Acerca del autor

El agro auténtico.es | JoseAntonioArcos

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra; licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Complutense de Madrid, con título de experto en Unión Europea. Periodista especializado en información agrícola.

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