La casa de semillas Hazera España está de celebración, ya que conmemora tres décadas instalada en Almería, con sede central en el Polígono de la Redonda de El Ejido. Por este motivo hace unos días su director general, Manuel Machado, nos atendía en su finca vitrina de Vícar para dar un repaso de los principales hitos de la compañía desde que se hizo almeriense allá por 1990.
“Las variedades no son nada sin los agricultores que las hacen posibles, sin esos productores que las cultivan. Así que lo primero de todo es darles las gracias por su trabajo y sacrificio durante tantos años”, comentaba Manuel Machado, mientras me presentaba a uno de estos agricultores, Cecilio Fernández, socio de Ferva.
“Todos hemos aportado nuestro granito para convertirnos en el supermercado de Europa. Todos vamos en el mismo barco, así que este 30 aniversario es de todos”, apuntaba Machado.
La historia de Hazera es la de una casa de semillas que ha sembrado su vida de grandes hitos dentro del sector. A continuación de manera resumida.
1978. Melón Galia
Que ha dado nombre a la tipología
1990. Tomate Josefina
Primer cherry con sabor
1990. Tomate Daniela
Revolucionó el campo gracias a la larga vida
1991. Tomate Brillante
Calibre y cuaje con calor
1994. Algodón
Primera variedad híbrida
1996. Pimiento
El primero sin microcracking
1999. Sandía
Primeras minis larga vida sin semillas
2004. Tomate Summersun
Cherry amarillo con un sabor inconfundible
“Son las huellas de Hazera durante todos estos años y creemos que es importante que las conozcan las nuevas generaciones”, explicaba Manuel Machado.
Ahí está el melón Galia, que de ser una variedad comercial se ha convertido en el nombre de una tipología; el tomate Daniela que supuso un cambio brutal en el sector al incorporar la larga vida y abrir las exportaciones a más destinos. “De hecho en España se han vendido en estos 30 años 1.000 millones de semillas de tomate Daniela”, corroboraba Machado.
Otros hitos en su día como el tomate Brillante, un beef de calibre grande que cuajaba con calor; el cherry redondo con sabor, Josefina; el pimiento Antonio sin microcracking; las sandías triploides de formato mini; o aquella primera variedad híbrida de algodón que Hazera vendía a los productores de Sevilla.
“En la actualidad Hazera está en su mejor momento en Almería”, añadía Manuel, “en términos de facturación, equipo de investigación en España, un completo equipo comercial, una relación muy estrecha con los clientes y el portfolio más amplio que hemos tenido”.
Son cuatro los breeder o mejoradores de Hazera que residen en Almería, dos de tomate, uno de pimiento y otro de pepino. Esto se traduce además en cuatro programas con breeder locales “para que las variedades se adapten a las condiciones locales, calidad en los productos (sabor, color y forma)”.
Enumerar el programa de cherry pera (Camelot) y de tomate beef (Corredor, Xtelair, etc); programa de tomate larga vida (Amaris); programa de pimiento (Machado, Insignia, Patrol, etc); y programa de pepino holandés (Pasiond).
Y de cara al futuro Hazera trabaja en el desarrollo de nuevas variedades que satisfagan al agricultor, pero también al resto de los eslabones de la cadena. “¿Cómo podemos entre todos subir el consumo per cápita? Subiéndolo un 5% y explicando y promocionando que vendemos salud, a todos los actores del sector nos iría mejor”, vislumbraba el director de Hazera en España.
Por último, un ratito con Otilia Marín, la trabajadora más veterana de la plantilla, dedicada desde hace 30 años a tareas administrativas. “Hazera cuida mucho a sus empleados, así ha sido siempre y se nota en que los movimientos de personal han sido más escasos que en otras empresas”, comentaba, al tiempo que recordábamos algunos de los hitos de Hazera, entre ellos los años del ‘boom’ del Daniela que abría entonces el camino del tomate suelto larga vida.
Ana Rubio