El campo español vuelve a una situación preCovid agravada por la falta permanente de soluciones
¿Recuerdan que ocurrió en marzo de 2020? La hemeroteca está para recordar que fue el momento en el que se declaró una pandemia que obligó a la población a encerrarse en casa. En realidad, a toda la población menos a los hombres y mujeres del sector primario porque eran imprescindibles para alimentar a todos los demás. Llegamos a febrero de 2024 y parece que todo se ha olvidado.
En aquella época preCovid los agricultores y ganaderos de toda España arrastraban varios meses de movilizaciones para que la sociedad española les prestase atención y les ayudase a sobrevivir. En otoño de 2019 comenzó un proceso de protestas, similar al que estamos viviendo en la actualidad, que tuvo continuidad en el invierno y que solo se detuvo en marzo de 2020 porque los productores de alimentos dejaron a un lado sus justas reivindicaciones para atender a las necesidades más elementales de la población en su conjunto.
La asfixia que oprimía al campo español entonces no ha sido resulta en estos casi cinco años. En realidad se ha agravado más, si cabe. Las importaciones de terceros países se han multiplicado, prácticamente en la totalidad de lo que llena la cesta de la compra de un español; a su vez los costes de producción en todos los insumos han ido a la par al alza, mención especial a la mano de obra ya que la subida del SMI en un 54% en tan poco tiempo ha reducido la rentabilidad de las explotaciones agropecuarias a la mínima expresión. Los precios al consumidor han subido, en muchos casos por prácticas especulativas de los de siempre, y el productor asustado pide ahora auxilio a la opinión pública porque la idea de barato al agricultor y caro al consumidor parece que no hay quien la frene.
El panorama está patas arriba. Hoy protestas en Murcia (masiva y con reparto de hortalizas), Málaga, Palencia, Cáceres, Zaragoza y Gran Canaria y una gran tractorada en Madrid, mañana en el puerto de Algeciras, en Valencia y en un largo etcétera. Estos días atrás las hemos visto en Alicante (imagen adjunta), La Coruña, Pamplona, Cantabria, Cataluña, ambas Castillas, Granada, Córdoba, Huelva y en el centro y norte de España. En realidad durante estas dos últimas semanas en la práctica totalidad de las provincias de todo el territorio nacional, con independencia del color político de cada región o provincia.
Las soluciones no llegan, apenas hay vagas promesas políticas que no se concretan y que no abordan cuestiones de calado como las importaciones masivas que están desplazando a los productores españoles, a costa del low cost que se compra de otros continentes.
El campo español languidece, y cuando venga otra pandemia (que Dios no la quiera) ya no habrá nadie que nos alimente.
Ana Rubio