Miedos y fortalezas en vísperas de la nueva campaña 2023/24

El campo almeriense ya tiene puesta la cabeza en la campaña hortofrutícola 2023/24. En ciernes del inicio de este nuevo curso analizamos algunas debilidades y fortalezas del actual ‘modelo Almería’. Pero antes aportamos algunos datos referidos a la última campaña para saber cuál es el punto de partida.

Balance de la campaña pasada 2022/23

Según los últimos datos de la Junta de Andalucía, correspondientes a este mes de agosto, en la provincia de Almería durante la pasada campaña 2022/23 se cultivaron 62.184 hectáreas, tanto de cultivo protegido como de aire libre.

Dicha superficie se tradujo en casi 4 millones de toneladas de frutas y hortalizas, cuyo valor supuso 4.312 millones de euros. La factura en los mercados de exportación se tradujo en unos 3.000 millones de euros.

Según estos datos de la Consejería, el pasado ejercicio hortofrutícola Almería aumentó su facturación un 7%, aunque el volumen de kilos bajó un 8%. Significa esto que se produjo menos, pero que se vendió ligeramente mejor.

Todo lo anterior sirva de contexto y resumen en cifras del último curso agroacadémico, pero ahora toca arrancar de nuevo. Vamos allá, tocamos ya a la puerta de la campaña 2023/24.

Retos de mercado

Marruecos sigue siendo el gran competidor que enfrenta Almería en los mercados europeos, tanto por la coincidencia de calendarios como de productos. A tener en cuenta que Marruecos ha agrandado su pizarra hortofrutícola cubriendo cada vez más gama de frutas y hortalizas, importante su irrupción en sandía (las voluminosas crimson) pero también en pimiento en las distintas tipologías, incluido el california.

Marruecos vende a nuestros mismos mercados, pero no compite en la misma Liga. La regulación europea, cada vez más estricta para los productores comunitarios, no obliga en África, son distintos continentes con diferentes reglas de juego. Pero Europa compra cada vez más al otro lado del charco.

Los problemas de sequía y de recursos hídricos del competidor norteafricano tienen un horizonte de solución con las nuevas desaladoras previstas y con el acicate de la inversión europea, que en este caso juega al mejor postor. Éste es el posiblemente el mayor obstáculo que enfrenta hoy día cualquier agricultor que produzca en suelo de la Unión Europea: su desprotección frente a terceros.

Ya dentro de la UE hay que mirar este año a Holanda, ya que su dependencia energética del gas ruso ha dado durante las últimas dos campañas un respiro a los productores almerienses y granadinos de pepino. Este cultivo ha equilibrado muy bien la balanza del sureste español durante dicho período, pero después de dos años Holanda podría volver a adelantar su campaña. Es la gran incógnita. El tomate mirará también de reojo al competidor del norte por la misma razón.

Retos de sanidad vegetal

Trips parvispinus, micropulgones o mosca de la fruta se configuran como plagas emergentes a tener muy en cuenta en el nuevo ejercicio. La lectura constructiva es que en el último año el sector se ha puesto las pilas y las estrategias, sobre todo de prevención y basadas en el control biológico, empiezan a ofrecer posibles soluciones a un problema que hace un año carecía de ellas.

En el lado de las virosis hay que pensar en el virus del rugoso del tomate (ToBRFV). En este caso, al igual que han hecho las casas de bichos con las plagas, las casas de semillas han lanzado al mercado en los últimos tiempos un notable número de variedades con resistencia intermedia (IR), en todas las tipologías de tomate; aunque incluso hay alguna obtentora holandesa que ha alcanzado la alta resistencia (HR).

Fortalezas

Hay una fortaleza del ‘modelo Almería’ para enfrentar el futuro que se repite siempre hasta convertirla en un cliché. Es la capacidad camaleónica o adaptativa del campo almeriense a todo tipo de escenarios cambiantes. Es cierta esa resiliencia, basada en la propia idiosincrasia de las gentes de nuestra tierra y a su vez en el modelo familiar de donde nace todo.

Pero hay otra fortaleza, que rara vez se ha nombrado, pero que es un verdadero soplo de aire nuevo. Se trata del relevo generacional, tan entredicho en toda España y que encuentra en Almería acomodo. Hay jóvenes agricultores, 700 más en el último año, en ese sentido somos la Galia frente al César, una excepcionalidad.

Este verano en el Día del Cooperativismo celebrado en La Mojonera se puso especial énfasis en dicho relevo, de padres a hijos.

Ambas fortalezas, la capacidad de adaptación a los cambios y a los fracasos y el relevo generacional se dan la mano y propician que haya cantera para seguir hacia adelante. Ocurre como en un equipo señero de fútbol en el que cambian los jugadores, pero el escudo pesa y siempre hay nuevos futbolistas para portar la equipación. Con el propósito de salir al campo a luchar. Eso es lo que vuelve a hacer Almería y la costa de Granada a partir de ahora. Salir a ganar en la nueva campaña 2023/24.