Los invernaderos de Clisol Agro en El Ejido (Almería) han acogido esta semana pasada las dos sesiones del Congreso Científico sobre invernaderos solares, Inversolar, organizado por APROA, Hortiespaña y la Asamblea de las Regiones Europeas Hortofrutícolas (AREFLH). Un evento científico dentro del programa de promoción ‘Cutesolar: cultivando el sabor de Europa en invernaderos solares’ que tiene como objetivo poner en valor el cultivo protegido de zonas como Almería y Granada como el sistema más eficiente y sostenible de producción agrícola para afrontar todos los retos de un mundo en constante crecimiento poblacional y con limitados recursos y tierras de cultivo.
El Congreso lo abría José Miguel Mulet, bioquímico, profesor de la Politécnica de Valencia y autor de numerosos libros de divulgación científica, que empezó reflexionando sobre la propia dinámica del ser humano como emisor de CO2 en su quehacer diario frente al invernadero que en cambio actúa como sumidero de dióxido de carbono.
Mulet animó a que hay que contarlo, explicar el papel de la Amazonia verde bajo el plástico que es Almería, lugar único y visible desde la órbita espacial, como mostró en una de sus diapositivas. “La Muralla China no se ve desde el Espacio, pero el ‘mar de plástico’ sí y es bonito, pero hay que saber comunicarlo porque hay una idea falseada sobre el mismo”, dijo.
Mulet habló sobre el menor coste energético de producir en invernadero, en contraposición al cultivo a cielo abierto, y en el turno de preguntas comentó que en un hipotético mundo sin invernaderos el precio de las ensaladas sería inasumible, “disparatado”, para los consumidores.
“Hay que transmitir la imagen real de esta agricultura, respetuosa con el medio ambiente”, apuntó.
Plantas sapiens
A continuación fue el turno de Paco Calvo, filósofo, catedrático en Murcia, responsable de un laboratorio sobre neurología vegetal que estudia nexos entre la inteligencia artificial y la vegetal, más allá de la biología.
Calvo abordó su ponencia desde una perspectiva de ciencia cognitiva, no desde la fisiología. “Estudiamos el sistema vascular de las plantas, no solo como transporte de sustancias, sino como autopistas de información, en un sentido global y no reduccionista”.
La idea sería orientar las tareas agrícolas (recolección, situaciones de estrés, etc), según esa inteligencia vegetal, visible por ejemplo en la acción del sistema radicular en su recorrido en busca de agua o nutrientes.
El chef cabreado
El siguiente en exponer era Anthony Warner, el chef cabreado, autor de numerosas publicaciones, muy populares en su país, relacionadas con la nutrición y los alimentos en la sociedad actual.
Anthony Warner explicó que hay muchos falsos mitos sobre la alimentación, como creer que hubo un pasado mejor. “Y no es así, la gente idealiza el pasado pero no es cierto. Ahora estamos viviendo los mejores años de la historia para alimentar al mundo. Nuestros ancestros tenían dietas terribles, pero hemos evolucionado mucho gracias a la tecnología y tenemos una capacidad para alimentar al planeta, que no teníamos antes”, enfatizó.
Como chef, Warner defendió que hay que comer más frutas y hortalizas, pero la clave está “en una alimentación equilibrada”. Y sobre los invernaderos defendió su papel para proporcionar alimentos a una población mundial que no para de crecer y donde “hay que producir más comida en menos terreno”.
La FAO avala los invernaderos solares
Por último, la primera jornada de Inversolar 2021la cerraba la científica jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Ismahane Elouafi, que atendía por vídeoconferencia desde Roma.
Ismahane Elouafi hizo una vehemente defensa del invernadero como la mejor fórmula para luchar contra la hambruna y alimentar al planeta, ya que en comparación con los cultivos al aire libre los de invernadero producen cinco veces más y gastan siete veces menos de agua.
En su enumeración de las ventajas de los invernaderos, la representante de la FAO señaló el menor uso de fertilizantes, el mejor aprovechamiento de los nutrientes del suelo, el empleo del control biológico o el control climático en su interior. “En el futuro habrá que producir más con menos y para ello los invernaderos y su tecnología serán la solución”, aseguró.
Ismahane Elouafi acabó diciendo que concretamente el ‘modelo Almería’ será clave para alimentar al mundo de forma sostenible en los próximos años.
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Ana Rubio