El mayor bosque humanizado del Planeta se muere en Jaén

Firma invitada.- Ana Ibáñez Sánchez

66 millones de olivos, solo en la provincia de Jaén, mueren y no por la Xylella fastidiosa, sino por la mala gestión de los gobernantes que arrastramos desde el modelo latifundista, nuestros padres nos enseñaron a trabajar duro, pero no nos enseñaron a ser empresarios, tema que abordaré en otra ocasión. 

Antes de continuar, presentarme, soy Ana Ibáñez, una de tant@s agricultor@s de olivar tradicional, y dar las gracias al destino por coincidir con Ana Rubio y José Antonio Arcos a la entrada de aquel hotel e interesarse por el problema que llevamos sufriendo desde hace décadas.

Mi caso, como la mayoría de las familia de agricultor@s que conozco, tengo 1.000 olivos en arrendamientos y otras 1.000 en propiedad, que compraron mis padres a lo largo de 45 años. Emigraron a Francia y como feriantes en época estival, en la que los trabajos del campo se podían parar unas semanas y arrimando el hombro cada uno de los 5 hermanos,  yo recuerdo trabajar en el sector desde los 11 años, por lo tanto soy AGRICULTORA, NO TERRATENIENTE.

Económicamente hablando que es el tema que nos ocupa, con precios justos, mi explotación podría servir de medio de vida a mi casa y otra familia más, si el olivar muere, muere una cadena de cotizaciones a la Seguridad social, desde las peonadas de los empleados directamente por el agricultor, la del empleado de las comercializadoras, y muchas industrias que viven directamente del agricultor, sin olvidar los impuestos directos e indirectos.

Siguiendo con el tema de mi explotación, a estos precios, tengo que trabajar como empleada de otra empresa y dedicar tardes, festivos, puentes, fines de semana y vacaciones a cuidar de las fincas (porque el olivar no es recolectar, cosa que me hace una cuadrilla de 7 personas y no por el SMI (que me sigue pareciendo irrisorio), nuestro convenio es de los mejores regulados por el sector agrario, NO DIGAN QUE LAS PROTESTAS SON POR LA SUBIDA DEL SMI, porque eso es una DIFAMACIÓN.

Después de la recolección, está la aplicación de fitosanitarios, poda, riegos, desbroce de malas hiervas a unas temperaturas poco agradables, soplado de hojas, y todo esto en fines de semanas y demás supone peonadas de más de 12 horas, si quieres tener una buena producción y de calidad.

Porque este es otro tema, tenemos la mejor calidad del mundo y ves aceite etiquetado por las grandes comercializadoras como virgen extra, que no tiene ni color ¿cuantos litros de aceite pueden sacar mediante mezclas de un litro de aceite producido por mí, con tanto esfuerzo y etiquetarlo como VIRGEN EXTRA?, esto es una incógnita que posiblemente nunca sepamos, el boca a boca dicen que entre 5 y 10. Y el utilizarnos como producto reclamo por las grandes superficies, todo esto siempre con el permiso y beneplácito de que se llevan aprovechando de esta situación desde hace décadas,  sean del color que sean.

Sigo con otra controversia, los controles sanitarios y de trazabilidad (que las comercializadoras se saltan a la torera). Estos controles, son los mismos que deberían de aplicarse al aceite que nos llega de diferentes países, metidos en bolsas dentro de contenedores ¿éstos que controles tienen? Ninguno, ya que los propietarios son los que todos sabemos, los terratenientes que han aprovechado su situación en el gobierno durante muchos años para poder campar a sus anchas. Recuerdo la secuencia de la película ‘EL REINO’, que le preguntaban a ese político acorralado, ¿te crees con más derecho que yo, por gobernar a especular?

Señores gobernantes, no abandonen su hemiciclo cuando se hable de un problema nacional, ¿es que vosotros no tenéis control horario, yo sí? Y un poco de mano izquierda a la hora de dar órdenes para el uso de gases y pelotas de goma que, sí la habéis tenido en otras ocasiones en las que muchos no preguntábamos porque no se actuaba.

Gracias a todos los que estáis siguiendo con esta lucha. Sin el olivar, la provincia de Jaén muere.