La cooperativa de cooperativas Anecoop, a través de su socio Coprohníjar, celebraba en el Levante almeriense recientemente una intensa jornada, dirigida a agricultores y técnicos, para formar frente a dos importantes virosis que se han convertido en verdaderos desafíos para el productor, el virus del rugoso (ToBRFV) y el del CGMMV, entre otras problemáticas de sanidad vegetal que se abordaron en las charlas.
Así, la prevención y el manejo eficaz de las enfermedades virales son fundamentales para garantizar la salud y la productividad de los cultivos. En particular, las virosis representan una amenaza significativa para cultivares estratégicos como el tomate y la sandía. En este contexto, es crucial comprender y abordar los desafíos que plantean virus emergentes, como los Tobamovirus, que afectan especialmente al tomate.
Para dar luz a esta situación actual y que tanto preocupa al sector agrícola Anecoop y su socio Coprohníjar celebraron hace pocas semanas unas jornadas en la que contaron con dos ponentes de referencia, como la Dra. Mª Isabel Font de la UPV, Universitat Politécnica de Valencia y Dirk Janssen, Investigador del Área de Protección Vegetal Sostenible (Ifapa).
Tobamovirus emergentes en tomate y pimiento
En su presentación inicial, Isabel Font, una experta en patología con profundos conocimientos sobre el comportamiento de los virus, abordó específicamente el tema de los Tobamovirus emergentes en los cultivos de tomate. Se centró en identificar cuáles de estos virus son los más preocupantes y representan mayores desafíos para los productores a día de hoy.
Los Tobamovirus, en especial el Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV) y el Tomato mottle mosaic virus (ToMMV), han surgido como una preocupación creciente en la producción de tomate. Estas nuevas cepas presentan desafíos significativos debido a su alta persistencia y a su capacidad para eludir las resistencias.
Mecanismos de transmisión y diseminación
La transmisión de Tobamovirus como ToBRFV y ToMMV se produce con gran facilidad y de una forma muy rápida a través del contacto mecánico. Desde injertos hasta labores de cultivo, pasando por bandejas, herramientas e incluso la ropa utilizada durante las tareas agrícolas, todos estos elementos pueden actuar como vehículos para la propagación de estos virus. Además, la transmisión a través de semillas y el comercio internacional de semillas son vectores importantes para la diseminación de estas enfermedades a largas distancias y en nuevas áreas donde previamente no estaban presentes, según los ponentes.
La presencia de ToBRFV en regiones clave de producción de tomate en España, como Almería, Murcia, Alicante, Sevilla y Canarias, subraya la urgencia de abordar esta amenaza. Desde su primera detección en 2019 en Vícar (Almería), la incidencia de ToBRFV, conocido popularmente como el virus del rugoso, ha ido en aumento, incluso con casos de infección mixta con otros virus como Pepino mosaic virus (PepMV).
El virus ToBRFV se transmite por semillas siendo el primer modo de diseminación a larga distancia. Aunque la tasa de transmisión de semilla a plántula inicialmente es baja, el 1,8%, se ve compensada por su propagación rápida a través del contacto durante el trasplante de plántulas o el posterior manejo del cultivo.
En respuesta a esta crisis, se están desarrollando y evaluando diversos métodos de tratamiento de semillas, como el calor seco, la radiación UV y desinfectantes químicos, así como enfoques integrados para erradicar ToBRFV y otros Tobamovirus.
Detección en España de ToMMV en semillas importadas
La confusión entre los síntomas del virus ToMMV y el virus ToBRFV plantea un desafío significativo para los agricultores y expertos en sanidad vegetal. Ambos virus comparten manifestaciones como maduración irregular, mosaico, necrosis y rugosidad en las plantas afectadas, lo que dificulta su diagnóstico preciso y la implementación de medidas de control efectivas.
Además, la detección de importaciones de semillas contaminadas de pimiento y tomate en países como Australia, Holanda, Reino Unido y España agrega una capa adicional de preocupación.
La gestión efectiva de las virosis en cultivos como el tomate y la sandía requiere una combinación de medidas preventivas, investigación continua y colaboración internacional. Sin embargo, El Grupo de Trabajo sobre Regulación Fitosanitaria de la EPPO decidió no recomendar la adición de ToMMV a la lista de plagas recomendadas para regulación de la EPPO por el momento.
La transmisión del ToBRFV es un proceso complejo que requiere una gestión cuidadosa y medidas preventivas en todas las etapas de la producción agrícola. Desde la selección de semillas hasta la implementación de prácticas de higiene rigurosas, es fundamental adoptar un enfoque integral para controlar y prevenir la propagación del virus ToBRFV.
Investigación y ensayos de CGMMV del Ifapa
Dirk Janssen, Investigador Área Protección Vegetal Sostenible (IFAPA), era el encargado de explicar la investigación en torno al Virus del mosaico verde jaspeado del pepino (CGMMV).
El primer informe de Virus del mosaico verde jaspeado del pepino (CGMMV) en España fue en Almería, en otoño del 1991, desde entonces, los síntomas del virus se han detectado periódicamente, especialmente en los cultivos de pepino. Desde 2005 ha habido varios brotes puntuales en el Poniente almeriense, pero durante los años 2014 y 2015 se produjeron alertas fitosanitarias por CGMMV, siendo el brote de 2015 especialmente relevante porque afectó a cultivos de Motril, una zona granadina sin registros previos, coincidiendo con la introducción de la cepa de CGMMV asiática. Afectó especialmente a la sandía y particularmente a las variedades de pepino mini.
“En España tenemos dos cepas presentes, la europea y la asiática. Dos aislados de CGMMV de origen geográfico diferente, así como genéticamente y el comportamiento biológico son distintos, siendo común ver infecciones mixtas en invernaderos de Almería”, aseveraba el científico.
Los síntomas en las plantas infectadas con la cepa asiática son más graves que en las plantas con la cepa europea.
Infecciones mixtas de CGMMV-ToLCNDV (Virus de Nueva Delhi)
En los ensayos realizados en pepino donde se ha infectado con CGMMV, la planta presenta muchos síntomas del mismo, mientras que si la prueba es inocular Nueva Delhi la sintomatología es menor. Cuando se infecta calabacín con CGMMV apenas hay síntomas del mismo, pero cuando se infecta Nueva Delhi la sintomatología es muy agresiva, a tenor de los ensayos.
Sin embargo, en casos de infecciones mixtas, se ha observado que cuando se realizan pruebas de calabacín con CGMMV y Nueva Delhi simultáneamente, no se manifiestan los síntomas de Nueva Delhi. “En calabacín y pepino con infecciones mixtas de CGMMV y Nueva Delhi, la carga viral de Nueva Delhi es mucho menor”, resume el investigador del Ifapa.
En cuanto a sandía, los síntomas de CGMMV, tanto la variante europea como asiática, presentan los mismos síntomas, como el licuado de la pulpa. Sin embargo, la aparición de unas manchas en la piel del fruto únicamente se ha manifestado en plantas con la cepa asiática.
¿Cómo se propaga el CGMMV dentro del invernadero?
Al igual que el ToBRFV, la clave reside en las semillas. Una vez que una semilla con CGMMV se introduce en el semillero, existe un alto riesgo de transmisión a través de bandejas contaminadas, herramientas de poda o plántulas infectadas. Este ciclo de propagación continúa durante las labores diarias en el invernadero, con el virus persistiendo en el suelo y en las malas hierbas. Además, los polinizadores, como los abejorros, también pueden desempeñar un papel en la transmisión del virus.
La desinfección de la semilla es muy importante ya que los viriones se encuentran en la cubierta y en el endospermo, no en el embrión.
El virus CGMMV presenta una activación notable en condiciones de temperatura elevada, lo que acelera su propagación tanto en cultivos de campo como en invernadero.
Cultivos hortícolas en invernadero: importancia de la higiene y de la profilaxis
Para controlar esta infección, se requiere una atención especial a la higiene y la profilaxis en los cultivos hortícolas bajo cubierta.
El control de la infección primaria es crucial. La solarización del suelo y del sustrato se recomienda por ser efectiva; sin embargo, desde el estudio realizado por el Ifapa se ha observado que el CGMMV permanece detectable en suelos de invernaderos contaminados incluso después de este tratamiento, “es una paradoja, cuanto más tiempo solarizas, más plantas expresan síntomas de CGMMV. Esto puede ser debido a la materia vegetal incorporada o que se ha quedado en el suelo, el virus está dentro de las raíces y hasta que no se descomponen entran más virus en el suelo”
Se ha investigado el efecto del tiempo de incubación en la longitud de las plántulas, así como la carga viral del CGMMV en plantas y sustratos antes y después de la incubación. La desinfección exhaustiva del suelo, sustratos y estructuras es esencial, al igual que la eliminación de restos de material vegetal.
¿Se puede eliminar el virus en restos vegetales mediante el compostaje? Las muestras obtenidas tanto del compostaje tradicional como del industrial a partir de restos vegetales contaminados, han demostrado que tampoco se elimina el virus.
Además, es importante considerar los soportes y contenedores utilizados para las plantaciones, así como explorar la resistencia varietal como una medida preventiva. En este sentido, se busca identificar fuentes de resistencia en la tuera (Citrullus Colocynthis) para utilizarlas como patrón en la producción de sandía.
¿Vacunar contra CGMMV?
“Se ha planteado la posibilidad de vacunar contra el CGMMV, y se han observado un desarrollo normal en el crecimiento de la planta así como una menor carga viral al aplicar tratamientos de dsRNA en plantas infectadas con este virus”, finalizaba Dirk Janssen.
Esta estrategia podría ofrecer una vía prometedora para mitigar la propagación del CGMMV en los cultivos hortícolas.
José Antonio Arcos