El verano ha sido relativamente tranquilo hasta que ha llegado septiembre. Como un despertador que irrumpe con violencia un profundo sueño, el calendario en esta semana ha saltado por los aires y el estrés y desasosiego han vuelto a primer plano, más si cabe con la protesta de Córdoba del pasado martes 5 de septiembre, que ha supuesto en pistoletazo de salida para las cosas serias de la vida.
Se reunían los ministros de Agricultura de la Unión Europea en esta ciudad andaluza, y el campo quería visibilizar su descontento frente a las políticas agrícolas dictadas a cientos de kilómetros desde Bruselas. Entre las frases y mensajes de los muchos carteles que se levantaron al cielo, destacamos uno de un miembro de Asaja que resume el espíritu de la protesta y que nos sirve para ilustrar el titular de esta crónica “¿Quién os dará de comer mañana?”.
Porque si se burocratiza hasta tal extremo la agricultura y acaba parcialmente en muchas zonas desmantelándose ante la proliferación de problemas sin solución, los Estados soberanos dejarán de ser soberanos en su alimentación, es decir, la ‘soberanía alimentaria’ será una quimera y habrá que recurrir a las producciones de terceros países. Y ante dicho escenario de tener que importar para alimentar a los europeos no cabe la retórica de la política agrícola medioambiental, verde y sostenible. Lo que viene de extramuros no responde a dichos conceptos.
Escasa repercusión ha tenido en los grandes medios nacionales la protesta de esta semana – convocada por Coag, Upa, Asaja y Cooperativas Agro-Alimentarias – y es de lamentar dicha indiferencia mediática cuando lo que está en juego es un cimiento tan importante como la alimentación y la vertebración de las zonas rurales de toda España. Porque sin agricultura, no hay nada. Todo sobra.
La tabla reivindicativa de esta protesta de Córdoba resume a la perfección el SOS del sector. A continuación la publicamos para que lo que pide el campo llegue por escrito a los salones de palacio.
1.- Un cambio en las políticas comunitarias, en las que agricultores y ganaderos se sitúen en el centro, al objeto de proteger el tejido productivo europeo, la calidad y la seguridad alimentaria del conjunto de la ciudadanía.
2.- La defensa del modelo agrario social, familiar y profesional, actualmente amenazado por las políticas conservacionistas de la Unión Europea. Al sector agroalimentario le urge que los criterios productivos primen en las políticas agrarias frente a otros planteamientos para poder salvaguardar la rentabilidad de las explotaciones.
3.- Un mayor control por parte de la Unión Europea sobre las importaciones procedentes de terceros países, así como el cumplimiento estricto de los acuerdos de libre comercio. El campo demanda a los representantes europeos que se exija a dichas producciones los mismos estándares y la normativa en materia de aplicación de fitosanitarios, calidad, seguridad alimentaria y cuestiones laborales que a los productores europeos para competir en igualdad de condiciones en los mercados.
4.- Una revisión de la Política Agraria Común (PAC), cuya última reforma es mucho más exigente en aspectos medioambientales y contempla una elevadísima carga burocrática, pese a estar dotada con menos recursos económicos.
5.- La puesta en marcha de mecanismos de regulación de mercados, dotados de presupuesto suficiente, para conseguir unos precios rentables y justos para el primer eslabón de la cadena: los productores. También se requiere de una mayor agilidad en la adopción de estas herramientas para que sean realmente efectivas.
6.- Que, ante la persistente sequía y los signos inequívocos del cambio climático, Europa reconozca las particularidades de una región como Andalucía, con déficit hídrico estructural y articule partidas específicas para impulsar una red hidrológica europea más eficiente y modernizada, que garantice el acceso a un recurso básico como el agua tanto a la producción agraria como al conjunto de la ciudadanía.
7.- Priorizar las ayudas directas a agricultores y ganaderos profesionales y familiares, única garantía para el mantenimiento del medio rural.
8.- En definitiva, organizaciones agrarias y cooperativas, reclaman un viraje de la Política Agraria Europea para que la alimentación se convierta en una cuestión de máxima prioridad y donde la seguridad alimentaria y la calidad sigan siendo el distintivo de la Unión Europea.
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Ana Rubio