La clausura de la 46ª Asamblea de Coexphal tuvo ayer un momento de especial emoción cuando Jerónimo Molina, primer gerente de esta asociación empresarial, subió al atril para recordar la figura de Don Juan Antonio Petit. Instantes antes el propio Jerónimo hacía entrega, al hijo de quien fuera socio fundador de Coexphal, de una placa como reconocimiento póstumo.
Estos premios los otorga la revista Almería en Verde y con la Mención Especial a Juan Antonio Petit se quiere reconocer a uno de los padres del ‘modelo Almería’.
Ya sobre el escenario, Jerónimo Molina ponía voz a una historia que puso la piel de gallina a todo aquel que ha vivido de cerca la agricultura almeriense en las últimas décadas. “Juan Antonio Petit era un señor, todo un caballero, como los de antes, que cerraba un trato estrechando la mano y sin necesidad de dejarlo por escrito”.
Corría la década de los 70 y a Almería acudían los compradores de Murcia, Alicante y Valencia. Los agricultores no comercializaban su propio producto. Años en los que Petit defendió que los productores tenían que ser más decisivos. En 1977, hace 46 años, nació Coexphal. “Juan Antonio pensaba que un sector incipiente como el almeriense necesitaba de una asociación que lo pudiera defender y representar y así poder avanzar”, recordaba Molina.
Años en los que no había casi nada de lo que hay hoy día. Estaba todo por hacer. La visión de un hombre como Juan Antonio Petit, un verdadero visionario, propiciaría paulatinamente ir dando saltos cualitativos que algunos denominarían ‘milagro Almería’. En realidad no se trataba de ninguna ayuda de la Providencia, sino fruto del trabajo y coraje de personas con la determinación de Juan Antonio Petit.
“Me decía que ponía en primer lugar el interés de la empresa antes que su interés personal, pero que también había ocasiones en las que ponía por delante el interés común de la zona (Almería) antes que el interés de la empresa. Porque explicaba sabiamente que para que las empresas funcionen mejor, a la zona en la que están le debe ir bien; del mismo modo, las personas serán más libres y vivirán mejor en la medida en que les vaya bien a sus empresas”, comentaba con palabras muy similares Jerónimo Molina, dando a entender la mentalidad de un hombre, como era Juan Antonio Petit, capaz de comprender que la salud del ‘modelo Almería’ dependía de la buena salud de todos sus miembros.
Juan Antonio fue un arquitecto del ‘modelo Almería’. Puso en marcha e impulsó Mercoalmería, Agromurgi, la Expo Agro, las primeras misiones comerciales y Coexphal, entre otras iniciativas.
Las cooperativas almerienses netamente exportadoras, que en la actualidad miran al exterior para vender su principal volumen de frutas y hortalizas, fueron inspiradas por figuras como la de Juan Antonio Petit. Así que la asamblea de ayer le rindió un merecidísimo homenaje. Su sello está impregnado en lo mejor del ‘modelo Almería’.
Ana Rubio