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El aislado de bacterias ambientales nos abre a un nuevo mundo. En un mililitro de una cepa hay como mínimo 100 millones de bacterias
Su caracterización y empleo para la agricultura redescubren un futuro lleno de posibilidades para el sector
Vellsam ha creado nuevos laboratorios y una planta piloto, pero no ha habido inauguración oficial porque ha coincidido con los tiempos de la pandemia. Ahora, os contamos en este post nuestra visita realizada durante este mes de agosto que ha ampliado nuestra visión sobre las perspectivas de futuro de nuestra agricultura, basada en esos microorganismos que siempre han convivido con nosotros y que casi siempre hemos ignorado.
Vellsam y la Ciencia
Nos situamos en Tabernas, sede central de esta compañía almeriense que ha sido pionera durante más de dos décadas en los hitos del sector de los fertilizantes. María Zamora, directora general, y María Castillo, responsable de marketing, nos presentan a varios de los investigadores, ya que Vellsam y la Ciencia se han consagrado en matrimonio.

David Castro, doctor en Biología, se encarga de mostrarnos el nuevo laboratorio de microbiología; y Soumi de Montijo, doctora en Microbiología, nos hace el recorrido por la planta piloto.
Colecciones propias de hongos y bacterias
Esta compañía almeriense cuenta con una colección propia tanto de hongos como de bacterias. Estudian microorganismos con propiedades. Así obtienen cepas aisladas y las caracterizan. David Castro se dedica a su caracterización en laboratorio (in vitro); mientras que Gema Pérez, coordinadora de ensayos, lo hace en campo (in vivo).
Las propiedades de esos hongos o bacterias pueden ser diversas, desde ser promotoras del crecimiento, estimulando al cultivo hasta tener capacidad de protección frente a patógenos. Estos aislados, en muchos casos obtenidos de la rizosfera de las plantas, y su posterior caracterización suponen un salto cualitativo en el diseño de los nuevos biofertilizantes de Vellsam.
Ana retrata a David entre varios instrumentales, como la cámara de flujo laminar para evitar la contaminación de los microorganismos; o el agitador orbital para intercambiar el oxígeno sin el que los microorganismos no podrían crecer. Posteriormente David nos enseña también la zona de laboratorio de biología molecular.
Planta piloto para escalar
A continuación la planta piloto. Recapitulamos antes. Una vez las cepas de microorganismos (hongos o bacterias) son evaluadas con éxito en el laboratorio y en el campo, el siguiente paso es escalar esas cepas en una planta piloto como paso previo a llevarlas a los reactores de la fábrica donde serán producidas en gran volumen para su posterior envasado y venta comercial.

En el interior de esta planta piloto Soumi de Montijo nos explica todo el proceso. Además nos comenta que hasta ahora las formulaciones se diseñaban para biofertilizantes líquidos, pero que la empresa también trabaja en la actualidad para ampliar a sólidos.
Próximas a esta área hay dos cámaras de cultivo que Vellsam ha implantado hace solo unos meses. Estas cámaras o fitotrones evalúan humedad relativa, temperatura, fotoperíodo e incidencia lumínica. Permiten emular las condiciones de cultivo de cualquier parte del planeta sin salir de estas instalaciones de Tabernas.

Gema Pérez nos explica que uno de los fitotrones se encarga de hacer un seguimiento de la fase inicial del cultivo, como germinación y establecimiento de planta; mientras que el segundo se centra en la floración, cuajado y producción.
Laboratorio físico-químico
Pero aún hay más en la ampliación y modernización de instalaciones de Vellsam en su sede central, ya que hay un segundo laboratorio, el físico-químico, donde nos atiende la química Silvia Molina.

En este otro laboratorio se diseñan productos nuevos para nutrición y bioestimulación, se reformulan otros ya existentes e incluso se crean a medida del cliente, según la composición que demandan, cuidando siempre el pH y la densidad.
Esa flexibilidad camaleónica con clientes y formulaciones, incluyendo la adaptación a la legislación de cada país, es un rasgo diferenciador de este laboratorio que a lo largo de la última campaña ha llegado a una media de una decena de nuevas formulaciones mensuales.
Esa gran cantidad de formulaciones para salir del laboratorio tienen antes que tener el aprobado de la estabilidad a diferentes temperaturas, evitando así que pudiera haber alteraciones en el producto terminado, sobre todo teniendo en cuenta la logística y el transporte.
Dentro de la fábrica
Nos queda tiempo para recorrer la fábrica de producción, propiamente dicha, en compañía de su director, Rafa López. Nos recuerda, que hace unos años cuando visitamos por vez primera estas instalaciones, la capacidad de producción era menor.

Ahora se ha duplicado el número de reactores, hasta siete, y la fábrica tiene una capacidad de 100.000 litros diarios en momentos de máxima producción.
Seguidamente accedemos a un nuevo almacén de materia prima y envases, con su correspondiente zona de carga. Y concluimos con el mensaje del autoconsumo energético. Vellsam ha instalado en los techos placas fotovoltaicas para abastecer la totalidad de su demanda de electricidad. No en vano estamos en Tabernas y aquí el sol es el rey.
Ciencia y sostenibilidad, de la mano.