Tabla de Contenidos
Ponencias de aula magna de profesores de la Universidad de Almería en el simposio de El Ejido sobre Agricultura Ecológica
Mila Santos es catedrática de la Universidad de Almería y miembro del departamento de Agronomía. Su ponencia sobre bacterias y hongos beneficiosos para el control biológico de enfermedades áreas merece el calificativo de magistral. Al igual que la charla de su compañera Paqui Suárez, profesora del Área de Microbiología de Suelos de la UAL, que abordó la importancia microbiológica del suelo frente a patógenos, en el Simposio de Agricultura Ecológica y Biodinámica celebrado esta semana pasada en el Auditorio de El Ejido.
Suelo y parte aérea
Mila Santos explicó que hay una relación directa entre los microorganismos del suelo y el buen desarrollo del cultivo, observable en distintos aspectos que van desde una mayor calidad de frutos hasta una reducción del uso de fertilizantes químicos y de materias activas.
La catedrática de la UAL hizo una enumeración de microorganismos vigentes, habló de los formulados y de las distintas vías para incorporar dichos consorcios. Y por supuesto ejemplos, como los tratamientos foliares con trichodermas para control de botrytis.
Té de compost
El ejemplo del té de compost, dentro de esas otras formas de incorporar microorganismos, fue especialmente interesante ya que tiene dos vías de aplicación, foliar y por suelo y del mismo modo con un doble beneficio ya sea para defensa como para crecimiento vegetal.
“El té de compost tiene una gran diversidad microbiana que se puede emplear para suelo como también para control de enfermedades aéreas”, expresó Santos.
Entre los ejemplos descritos, el té de compost vía foliar en melón para reducir los problemas de oídio.
Microorganismos para crecimiento y defensa
Por su parte, Paqui Suárez hilvanó una exposición con abundantes ejemplos para entender el papel beneficioso de las comunidades microbianas del suelo, ya sea con microorganismos promotores del crecimiento vegetal como para el control de enfermedades.
De forma muy resumida habría que nombrar a los rizorremediadores, que degradan contaminantes orgánicos; las microalgas para producción de biomasa; también microalgas capaces de producir fitohormonas, vitaminas y aminoácidos; algunos tipos de bacillus para solubilización de hierro; y otros microorganismos en una larga lista que mejoran desde el aporte de nitrógeno, pasando por la disponibilidad de fósforo y azufre hasta la degradación de la materia orgánica.
En cuanto al control de enfermedades con el uso de hongos, bacterias, etc de suelo hay mecanismos directos e indirectos. Entre los primeros hay microorganismos con capacidad de producir distintas sustancias, como antibióticos, producción de enzimas y también de sustancias antimicrobianas, como por ejemplo la producción de cianuro para control de algunas especies de fusarium.
“En los mecanismos indirectos hablaríamos de inducción de defensas frente a situaciones de estrés abiótico y biótico”, dijo Paqui Suárez para cerrar su presentación en el simposio de El Ejido.
Nuevas tecnologías para reconocer microorganismos
Otra ponencia relevante fue la impartida por Raúl Ortega, responsable del laboratorio de microbiología de la Universidad de Almería, que explicó cuáles son las técnicas y nuevas tecnologías empleadas para reconocer microorganismos, y sus distintas especies y razas, incluso análisis cuantitativos y de cómo van cambiando los diferentes taxones.
“Identificamos genes específicos en un microorganismo y su presencia cuantitativa en el suelo”, señaló este profesor e investigador de la UAL.
Técnicas que permiten cuantificar la fijación de nitrógeno atmosférico gracias al papel de los microorganismos o cuáles son las cepas microbianas que fijan nitrógeno y cuáles las que fijan fósforo y potasio. Como ejemplo puso el proyecto de investigación realizado en colaboración con la cooperativa CASI, la UAL y la empresa Nostoc Biotech para determinar los beneficiosos con el uso de consorcios microbianos.
Los resultados de los ensayos del referido proyecto en tomate arrojan un incremento de la cosecha del 20%, especialmente en la segunda parte del ciclo; frutos más grandes y de mayores calidades; una significativa reducción de la fertirrigación; y un aumento de los ingresos del agricultor del orden del 50%.
Otro proyecto de interés nombrado por Raúl Ortega es el estudio en Las Palmerillas de cómo pueden cambiar las comunidades microbianas del suelo por efecto del cambio climático.