La finca de investigación Universidad de Almería-Anecoop, situada en el área de Retamar, alberga entre sus distintos proyectos uno de especial interés para consumar ese camino iniciado en las últimas campañas en el campo almeriense de buscar el sabor en el tomate.
Anecoop desarrolla en tomate distintas líneas como son las de cherrys de variopintas formas y colores, marmandes, San Marzanos y otras tipologías para completar hasta 25 variedades diferenciadas de esta especie. Pero nos vamos a centrar solo en la línea del sabor en la que se trabaja en un interesante proyecto en los últimos años.
El nombre técnico de dicho proyecto es Lygalán y nos lo presentan en uno de los invernaderos de la estación UAL-Anecoop el equipo de seguimiento coordinado por Marina Casas y que cuenta también con Leontina Berzosa y Alejandro Hidalgo como técnicos.
“Las cooperativas socias de Anecoop nos demandaban que buscásemos tomates de sabor para poder diferenciarnos en el mercado y en eso precisamente consiste Lygalán”, describe Marina Casas.
Detrás de este nombre hay un tomate en cuestión. Una variedad que podríamos asociar visualmente con el tomate canario de exportación, pero cuyas cualidades organolépticas están en otra liga muy superior.
“Una vez que encontramos una variedad de un sabor tan especial y distintivo, tenemos también que evaluar otros factores agronómicos, de manejo y de rendimientos porque el objetivo es buscar la rentabilidad de los agricultores de Anecoop”, señala Marina Casas.
La coordinadora técnica nos cuenta que de cara a la próxima campaña se irán haciendo ensayos en invernaderos de agricultores de las distintas cooperativas para comprobar la productividad y si el tomate requiere un manejo más específico. Se trata, como se observa en las imágenes, de un tomate de calibre M-MM, ligeramente achatado en los hombros y con muy buena vida útil poscosecha, reuniendo así un requisito fundamental para la exportación.
Pero sin lugar a dudas en los test ya realizados los resultados son asombrosos en características como el sabor, la textura, el color o el olor. Un sabor prolongado, con ricos matices y contrastes, y a su vez bien balanceado entre dulzor y acidez y con un toque aromático duradero al paladar.
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