Campojoyma es una empresa almeriense pionera en su día en la agricultura ecológica. Si décadas atrás tuvo la visión de adelantarse a los tiempos adentrándose en el cultivo orgánico, del mismo modo ha dado un paso más certificando una parte de su producción en el exigente sello Demeter, identificativo de la agricultura biodinámica. Nos citamos en sus instalaciones, situadas en Campohermoso, para dirigirnos desde allí a varias explotaciones propias próximas al parque de Cabo de Gata con el fin de conocer cómo se produce calabacín y pimiento en biodinámica, y posteriormente acabaremos en Retamar para ver un cultivo de tomate cherry también con Demeter.
La biodinámica es una cosmovisión a la hora de entender la agricultura. Es una vuelta a los orígenes, donde el hombre y la naturaleza pactan alimentar la tierra y cuidarla y como recompensa de esa alianza germinarán plantas que darán los mejores frutos para alimentar al hombre.
No está exenta de poesía y de filosofía vital la agricultura biodinámica. Emplea recursos propios, por ejemplo la infusión de ortiga como abonado natural (té de ortiga y té de compost); se rige por las constelaciones o las fases de la luna para llevar a cabo diferentes actividades agrícolas, como el trasplante; de hecho existe el propio calendario biodinámico, donde se detallan los días propicios para la recolección u otras tareas; o elabora los llamados preparados biodinámicos, en los que nos vamos a detener.
Alberto Ochando, técnico de Campojoyma encargado de la certificación del sello Demeter, nos habla de tres preparados principales: 500, 501 y María Thun. Nos cuenta que para el 500 tuvieron que recoger en Sierra Nevada boñiga de vaca criada en libertad y de raza autóctona con la que rellenaron cientos de cuernos. Estos se entierran en octubre y son desenterrados en mayo. En hortícolas el preparado 500 se aplica previo al trasplante.
En cuanto al preparado biodinámico 501, a base de cuarzo molido en polvo, está también seis meses enterrado pero en otras fechas, desde mayo hasta octubre, al revés. Se aplica para favorecer el cuajado.
Conocemos también a Ramón Ruiz, encargado de producción, y a Manolo Ordóñez, encargado de una finca de tomate cherry en biodinámica. Éste último nos enseña cómo se utiliza el dinamizador, donde el preparado biodinámico que contiene la información se disuelve en el caldo. “El agua y el preparado se agitan juntos y se debe hacer el mismo día que se vaya a hacer la aplicación”, muestra Ordóñez, “una hora dinamizando (agitando) para luego aplicar el caldo a la finca por vía foliar”.
Manolo, Alberto y Ramón nos explican que el preparado 500 y el María Thun se suelen mezclar en el mismo caldo, ya que entre las funcionalidades de ambos está reestructurar el suelo. Además están los preparados que se aplican al compost (502, 503, 504, 506, 507). De todo ello os hablaremos en los próximos días en un vídeo explicativo que está editando la compañera Ana Rubio.
Calabacín en biodinámica
Nos metemos en los invernaderos de biodinámica. El primero que visitamos es de calabacín y enseguida el chasquido del impacto visual de ver una Amazonia muy distinta a la de los invernaderos convencionales.
Hay un amplio pasillo central poblado a lado y lado de plantas reservorio de muy distintas especies, entre líneos observamos búnker de pulgón y entre las propias plantas de calabacín emergen plantas de guisantes.
“Una leguminosa como el guisante es muy útil para fijar nitrógeno al suelo, y luego la emplearemos como abono en verde con su triturado”, describe Alberto Ochando.
Entre las plantas reservorio hay lobularias, hinojos, girasoles, maíz, cebada, tomillo o geranios. Refugio y alimento, según los casos, para todo tipo de auxiliares, incluidos los autóctonos.
Cuando acabe el cultivo se rotará a una judía para luego volver a un siguiente cultivo de calabacín de cara a la próxima campaña.
California rojo en biodinámica
El siguiente invernadero es de california rojo. Nos sorprendemos al comprobar que está aún en su fase inicial, ya que está trasplantado del 15 de enero con la idea de entrar en producción a finales de abril o principios de mayo y llegar hasta octubre/noviembre. Campojoyma tiene fincas con siembras escalonadas para poder suministrar pimiento todo el año.
Hay también maíz, hinojo, albahaca o alfalfa, entre otros reservorios, además de guisante. Del mismo modo se rotará a judía y se hará abonado en verde. La rotación en el cultivo es importante, dependiendo de la explotación se rota de solanáceas a cucurbitáceas o viceversa.
Alberto Ochando y Juan Francisco Vargas, encargado de estas dos fincas, nos explican también otro detalle interesante sobre el manejo agronómico: “El anterior invernadero de calabacín era un enarenado, en este otro de pimiento empleamos en el suelo plástico biodegradable para evitar malas hierbas y para impedir que el agua se evapore”.
Tomate cherry pera en biodinámica
El último de los invernaderos que visitamos es de tomate cherry pera, una delicatessen de sabor como es Angelle. Está puesto del 18 de agosto y previsiblemente irá hasta mayo. Manolo Ordónez nos describe cómo tiene que jugar con la ventilación del invernadero para combatir la problemática de la botrytis; nos habla del preparado biodinámico a base de sílice para el cuaje de los frutos, o nos muestra los distintos reservorios desde valerianas, pasando por salvias hasta lobularias.
Cítricos en biodinámica
Acabamos con los cítricos. Hace varios años Campojoyma en su apuesta por la biodiversidad hizo sus primeras plantaciones de cítricos, concretamente de limón fino. La recolección por este año acabó hace varias semanas, así que habrá que esperar hasta el próximo enero.
Alberto Ochando y Juan Vargas nos muestran el cuajado de las ramas augurando un buen futuro. Son 60 hectáreas.
La biodiversidad en Campojoyma parece no tener fin. Ahí están los 500 árboles de Kumquat, conocido como el naranjo enano o naranjas de la China, que dan colorido a los perímetros de algunos invernaderos.
Y ponemos el broche con el detalle del aloe vera, como nos muestra Ramón Ruiz, que nos recuerda que estamos aún en invierno. Nos invita a conocer un amplio campo de más de dos hectáreas de aloe vera cuando cambiemos de estación.
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