
La llegada de los fondos de inversión a la agricultura no es una noticia nueva. Pero quizá sí lo sea su gusto por las empresas marquistas, compañías de origen familiar que tal vez por cuestiones de relevo generacional vean en los fondos de inversión una oportunidad para cerrar capítulo y decir adiós dejando el pabellón alto.
La cuestión es que tras una semana en el campo Cartagena y recorriendo la región de Murcia, en plena temporada de melón y sandía, las conversaciones en todas nuestras visitas han girado en torno a esta cuestión. Donde antes estaba “fulanito” ahora está el fondo de inversión “x” que ha comprado a “fulanito”. No hace falta decir nombres, solo hay que pensar en los grandes marquistas, sobre todo en melón, marcas históricas que entran en una dinámica desconocida hasta ahora.
Obviamente si un fondo de inversión se interesa por entrar en un segmento agrícola es porque los números de rentabilidad así lo aconsejan. La mayoría de estos fondos han penetrado en el Levante y sureste peninsular, principalmente en la región de Murcia. Aún es pronto para sacar conclusiones, el tiempo las dará. Lo cierto es que el modelo familiar de antaño ha cambiado para siempre, sobre todo si pensamos en un emblema como el melón.