Los invernaderos se iban a quedar vacíos antes de la crisis del ladrillo. El relevo generacional era el mayor fantasma del campo. Parecía que ya nadie quería trabajar bajo el plástico y que los hijos de los agricultores iban a dejar las explotaciones de sus padres a merced de que el urbanismo galopante recalificase los terrenos para convertirlos en nuevas promociones. La gallina de los huevos de oro se llamaba construcción. Era casi como un Dios, y todo el mundo quería convertirse.
Greenhouses were going to be empty before the crisis of the brick. The generational change was the oldest ghost field. It seemed that nobody wanted to work under the plastic any more and the farmers’ children were to going to leave her parents’ farm at the mercy of a rapidly advancing urbanism that would authorize a change of land to turn it into new promotions. The goose that lays the golden eggs was called construction. It was almost like a God, and everyone wanted to embrace it.
Pero la gallina dejó de poner y el dios menor no dio más pelotazos. El colapso económico devolvió a la realidad. Y puso los pies en el suelo. Entre sus múltiples efectos, el retorno a lo que casi nadie ya quería. Ocurre en España, pero también en otros países mediterráneos como Italia. En el caso de Almería, la principal zona hortícola de Europa, hay muchos jóvenes titulados universitarios que han regresado al invernadero. Los hay a pie de finca, pero también en los almacenes y en las numerosísimas empresas de la industria auxiliar.
But the hen stopped laying eggs and the lesser god did not give more hits. The economic collapse got it back to reality. And it put its feet on the ground. Among its many effects, the return to what almost nobody wanted any more. It happens in Spain, but also in other Mediterranean countries like Italy. For Almeria, the main horticultural area of Europe, there are many young graduates who have returned to the greenhouse. They are in the own farm, but also in the stores and in the numerous companies of the auxiliary industry.
Algunos por obligación, ya que el mercado laboral expulsa constantemente a ingenieros, topógrafos, arquitectos o informáticos, ¡no hay trabajo!, en resumen; pero también por devoción. Es el caso de Jorge – que aparece en la fotografía -, un joven balermero (Almería, España), titulado en Sociología y máster en Agroecología por una universidad andaluza. Jorge ahora está realizando una tesis doctoral sobre las posibilidades de la agricultura ecológica en el cultivo bajo plástico. Y al mismo tiempo quiere ponerlo en la práctica en su propio invernadero. Quiere hacerse agricultor. Me comenta que está muy ilusionado y que acaba de echarle el plástico, con la ayuda de su novia, a media hectárea en la Albufera de Adra (Almería, España). Suerte amigo, tú has sabido comprender lo que describían los antiguos aristotélicos cuando decían que la agricultura engrandece el alma. Y la ennoblece.
Some do that due to obligation, as the labour market constantly lays off engineers, surveyors, architects or computer technicians, there are no work!, in short, but also due to devotion. Such is the case with Jorge – who appears in the picture -, a young from Balerma (Almeria, Spain), graduate in Sociology and post graduate in Agroecology at an Andalucian University. Jorge is now doing a PhD on the possibilities of ecological farming in the cultivation under plastic. And at the same time he wants to put it into practice in his own greenhouse. He wants to become a farmer. He tells me that he is so excited and he just put plastic, with his girlfriend’s help, on half a hectare in the lagoon of Adra (Almeria, Spain). Good luck, my friend, you have come to understand what the ancient Aristotelians described when they said that agriculture ennobles the soul. And it does.