Captar ese alma que impregna a nuestra agricultura es una virtud. Al alcance de unos pocos. El malagueño Manuel Higueras, considerado en los circuitos artísticos como uno de los cinco mejores pintores hiperrealistas del mundo, ha puesto su mirada en la agricultura de nuestros invernaderos. Puesta su atención, lo han hecho a continuación sus manos, sus dedos, su pincel impregnado de su ingenio se ha desplegado para retratar y dar profundidad a los frutos de nuestro campo.
Nos ha sido difícil, a Ana y a mí, no emocionarnos recorriendo la galería confeccionada por los hermanos Javier y Trino Tortosa en los salones del IFEMA. Ha sido lo más bonito de Fruit Attraction 2019. Una decena de cuadros de Manuel Higueras elevándose sobre el Pabellón 3 de la feria agrícola de Madrid.
La colección “Mis manos. Mi vida” recorre a través de manos masculinas y femeninas, manos de adultos y de niños o de españoles e inmigrantes esos frutos que dan sentido a nuestra actividad. Un tomate cherry, un pimiento dulce italiano, una berenjena o un california verde, rojo y amarillo recobran un sentido especial cuando están protegidos por las manos de los hombres y las mujeres que a diario hacen posible el milagro.
Hay tanto de mágico y de sublime en ello que estos cuadros son en realidad una sincera y conmovedora muestra de respeto y admiración hacia la agricultura que se hace en nuestra tierra.
Este catálogo portátil del modelo de la agricultura de las provincias de Almería y Granada continuará exponiéndose en los próximos meses en otras ferias internacionales, más allá de las fronteras españolas. “Mis manos. Mi vida” se expondrá en mayo en México, en junio en San Diego (EEUU) y en fechas aún por determinar en Miami (Florida) o en Dubai (Emiratos Árabes).
El autor espera cerrar esta colección en un total de 15 obras, las últimas de ellas las finalizará el próximo año.
Invertir en arte
Después de recorrer la muestra le pregunto a Javier por la financiación que hace viable esta colección itinerante por el mundo. Entonces me explica que son las empresas a través de la compra de los cuadros las que dan viabilidad al proyecto, empresas que pueden ser comercializadoras, compañías de la industria auxiliar o de cualquier segmento del sector hortofrutícola y que invierten en arte por motivos fiscales, pero sobre todo por motivos emocionales.
En algunos casos la compra de estos cuadros potencia a nivel internacional la imagen de marca del comprador. Javier añade que prefiere que el adquiriente sea un empresario español, vinculado a la agricultura. Así que los interesados están a tiempo.