La obtención de variedades de tomate de buena calidad gustativa es actualmente uno de los principales objetivos de la mejora genética de esta especie agrícola. Hasta ahora los mayores esfuerzos se han dedicado a las necesidades de los productores (mayor productividad, resistencias a plagas y enfermedades, firmeza y conservación del fruto, et.). Sin embargo cada vez hay mayor demanda hacia tomates con más y mejor sabor, orientando también la mejora de las variedades de tomate que se siembran.
En ese sentido y siguiendo con el programa de mejora genética en tomate iniciado hace ya casi 8 años la firma Agrinature, cien por cien almeriense continúa con su búsqueda de nuevos retos, tratando de obtener variedades cada día más competitivas y adaptadas a las exigencias de los mercados. El concepto del “sabor” siempre ha estado entre las principales características a mejorar a nivel de exigencia comercial, y por consiguiente convirtiéndose en un objetivo claro a conseguir en cada una de las líneas a desarrollar.
A la conquista del sabor
Productividad, resistencias y perfección en el fruto es lo que hay que conseguir, y la política de Agrinature es muy clara a la hora de tratar de conseguir un hecho diferenciador. Esta diferenciación la podemos cuantificar y medir con el concepto “sabor”, y “podemos asegurar que en esa línea de trabajo se están dando pasos muy firmes y con resultados realmente excepcionales”, subraya Miguel Ángel Barrios, técnico comercial de la compañía con sede en Viator.
“Se han llegado a lograr depurar líneas que mejoran cualquier nivel de grados brix, con diferencia, de lo que las variedades actuales pueden conseguir, y no sólo por el nivel de azúcar (por encima de 8 grados brix), sino por el sabor que Agrinature ha logrado en sus tomates”, añade.
No solo cherry
Habitualmente los niveles altos de grados brix (azúcar) se relacionan con tomates cherry, pero en este caso hablamos de líneas de sabor en tomate rama calibre M, tratando de dar respuesta a una exigencia comercial clara y de la evolución que el mercado europeo está demandando. Este trabajo que, durante varios años se trata de depurar, deriva de una línea propia de desarrollo basada en el gen GLK2, que regula la actividad de los cloroplastos en el fruto. Los cloroplastos son los orgánulos encargados (entre otras cosas) de la formación de azúcares a través de la fotosíntesis.
“Por esta razón podemos asegurar que, en breve, podremos hablar de nuevas variedades de tomate de Agrinature con nombre y apellido, descendientes directos de la familia del súper sabor”, precisa Barrios.
Ana Rubio