La idea es clara. No cultivar a ciegas sin antes tener vendida la producción. Este pasado jueves el salón de actos de la Estación Experimental de Las Palmerillas en El Ejido (Almería) se llenaba de profesionales interesados en entrar en la papaya o en aumentar su superficie. Durante la intervención del representante de Anecoop, Ángel del Pino, se hizo una llamada a la prudencia, ya que es un cultivo con grandes perspectivas, pero que requiere de planificación para adecuar la oferta a la demanda existente y de campañas de promoción y marketing para incrementar la tendencia al consumo de papayas.
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España consume un millón de kilos de papaya
Para crecer en papaya primero hay que conocer su mercado. España compra (importación principalmente de Brasil) alrededor de 7 millones de kilos anuales de papaya, de los cuales consume un millón y reexporta a Europa los otros 6 millones restantes.
En el conjunto europeo el consumo se sitúa por encima de los 40 millones de kilos anuales, lo cual para ser un mercado con tantos millones de consumidores se traduce en un consumo aún reducido. Sin embargo, la tendencia es creciente; de ahí que Ángel del Pino explicase que las empresas que entren en la papaya tienen que tener claro que parte de su éxito radicará en incentivar dicho consumo a través de campañas de marketing y promoción continuadas en el tiempo. Un ejemplo, expuesto por el representante del departamento de producción y desarrollo de Anecoop, está en lo logrado con el kaki Persimon que arrancó hace años con una producción reducida y que este último ejercicio ha alcanzado los 110 millones de kilos producidos, gracias a la labor de estos años atrás con la que se ha activado e impulsado su consumo en Europa.
Así que con el precedente del grupo del kaki Persimon, que aglutina la producción de 17 cooperativas, Anecoop creó recientemente un grupo similar en torno a la producción de papaya, AIE Exóticos del Sur. El agricultor ejidense Paco Barranco es el presidente de dicha agrupación. “Hay que poner cabeza a la producción, no se pueden poner hectáreas de papaya sin pensar antes en el mercado”, me comentaba Paco, con quien coincidí durante el recorrido por los invernaderos de papaya de Las Palmerillas. Paco, que también ha sido productor de pimiento, lleva varios años con papaya. Me insistía en que hay que ir poco a poco en este segmento y no lanzarse a lo loco. Lo que se pretende desde Exóticos del Sur es organizar bien la producción para evitar divorcios entre oferta y demanda en los mercados de destino.
El consumo de papaya no es estacional
A diferencia de otras frutas el consumo de papaya es lineal, durante todo el año, no de manera estacional. Los meses de producción en Almería se concentrarían en abril, mayo y junio y después en septiembre, octubre y noviembre. Además en poco tiempo Almería podría abastecer todo el consumo de España y a partir de ahí habría que mirar hacia el continente, un mercado europeo que importa papayas sobre todo de Brasil.
Mimbres, todos los anteriores, a tener en cuenta para el desarrollo de la papaya en el sureste peninsular.
El profesor de la Northern Rio de Jainero
La jornada contó además con la charla de uno de los mayores expertos de papaya, el brasileño Eliemar Campostrini, profesor de la Northern Rio de Jainero, que hizo un análisis pormenorizado del cultivo al aire libre en su país y de las posibilidades agronómicas en invernadero.
En Brasil la papaya es muy precoz, dando frutos en 3-4 meses. Las explotaciones con alta producción al aire libre tienen unos rendimientos de 95 toneladas por hectárea, unos 95 frutos por árbol; mientras que las explotaciones de producciones medias al aire libre se sitúan en 61 toneladas y 62 frutos por árbol.
Eliemar Campostrini centró gran parte de su análisis en la incidencia de luz para la fotosíntesis, lo que puede condicionar la producción en invernadero en las partes bajas del árbol. Una luz que determina los grados Brix de la fruta. También abordó un tema de gran interés, como el de las manchas en papaya, describiendo que a mayor oscilación térmica aumenta la incidencia de dichos manchados. De ahí que hay que contrarrestar las variaciones bruscas de temperatura y también las de humedad.
Ensayos en Las Palmerillas
Juan José Hueso, coordinador de Fruticultura de la Estación Experimental de la Fundación Cajamar, Las Palmerillas, comentó que se están probando 8 variedades de papayas en el centro. En los ensayos se han evaluado invernaderos con calefacción y con nebulización con resultados positivos en el desarrollo de la papaya, ya sea en períodos de frío o de calor.
En Las Palmerillas se ha conseguido mantener ciclos de papaya a temperaturas nunca inferiores a los 15 grados. Por encima de esa temperatura la papaya responde y no se para y el azúcar se mantiene.
Ana Rubio