The Greenery y las cooperativas españolas, dos modelos, dos visiones

Las cooperativas hortofrutícolas españolas se dedican a producir y a vender sus propias producciones. Poco más, salvo contadas excepciones. Pero hay otro modelo, centroeuropeo, cuyo paradigma es The Greenery: un coloso de tres dígitos, tanto en facturación medida en millones de euros, como en volumen, cuantificado en millones de kilos comercializados. The Greenery no solo da salida a los productos de sus asociados, sino que también se ocupa de la venta de cultivos de terceros, de cualquier parte del globo y con cualquier fecha en el calendario.

The Greenery juega la Champion League de la comercialización europea, de hecho siempre está en la final; mientras que las cooperativas hispanas se quedan escasamente en la fase de grupos. The Greenery compra en Almería hortalizas para suministrar a sus clientes, repartidos por medio mundo, aparte de tener delegados y embajadores en todas las zonas de producción. Me contaba hoy un comercial cómo The Greenery pedía 400.000 kilos diarios de tomate rama-m a una conocida cooperativa almeriense, en la que trabaja. Pero al final no se cerró la operación por motivos que dicen muy poco de la liga que juegan las cooperativas del sur de España.

¿Sería imaginable un modelo agrícola español, similar al holandés, donde las cooperativas de la Península Ibérica se convirtiesen en productoras, comercializadoras y dominadoras de la distribución europea? ¿No está en ello el valor añadido y el verdadero negocio de la compra-venta de alimentos en fresco? ¿O están las firmas nacionales condenadas a quedarse un escalón por debajo, mientras que las compañías del norte de Europa dominan el mercado ejerciendo una especie de oligopolio en la práctica?

The Greenery and the Spanish cooperatives, two models, two visions

The Spanish fruit and vegetal cooperatives work in producing and selling their own productions. And little more, with few exceptions. But there is another model, a Central European one, whose paradigm is The Greenery, a three-digit giant both in billing measured in millions of Euros, and volume, quantified in millions of kilos sold. The Greenery not only disposes of its partners’ products, but it also deals with the sale of third parties’ crops of any part of the globe and at any date on the calendar.

The Greenery plays the Champion League of the European commercialization. In fact, it is always in the final, while Spanish cooperatives remain poorly in the group stage. The Greenery buys in Almeria vegetables to supply their customers, spread through half the world, apart from having delegates and ambassadors in all the areas of production. A sales person told me today that The Greenery asked daily 400,000 kilos of vine tomato to a cooperative well-known in Almeria, where he works. But at the end the transaction was not closed for reasons that don´t say much about the league played by the cooperatives in southern Spain.

Would it be imaginable a Spanish agricultural model, similar to the Dutch one, where the cooperatives of the Iberian Peninsula were to become producers, traders and the ones which dominate the European distribution? Is not it the added value and the real business of buying and selling fresh food? Or are national firms doomed to stay a step below, while the northern European companies dominate the market exerting a kind of oligopoly in practice?