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“Quitar olivos centenarios para poner placas solares no es sostenible, aunque el urbanita lo crea”, expresaba Natalia Corbalán, directora de Fundación Ingenio y portavoz de SOS Rural, durante su intervención en la Universidad de Almería en el edificio científico del PITA durante la III Edición del Día Internacional de la Semilla. Evento organizado por Beyond Seeds que daba cabida a SOS Rural, entidad integrada en la Fundación Ingenio, que ha elaborado un libro blanco en defensa del medio rural.
Natalia Corbalán, acompañada por Adolfo García, gerente de la cooperativa murciana Camposeven, describieron las propuestas y líneas de trabajo de este libro blanco, como el establecimiento de ‘cláusulas espejo’ en los acuerdos comerciales con terceros países o un régimen sancionador para los incumplimientos de tales convenios.

De la burbuja del ladrillo a la burbuja fotovoltaica
En lo relativo a los usos del territorio para evitar el desmantelamiento de tierras de cultivo a favor de placas solares, SOS Rural propone una Ley Marco para el uso prioritario de tierras agrícolas y ganaderas: “Marco nacional y europeo para el uso prioritario de tierras agrícolas para la producción de alimentos frente a su uso para actividades ajenas a la producción primaria. Es esencial un marco normativo nacional y europeo que, respetando el principio de subsidiariedad, reserve áreas prioritarias para la producción de alimentos, ordene el territorio respetando las circunstancias locales y ponga freno a la especulación de las tierras agrícolas por parte de fondos, especuladores y grandes corporaciones”.
Ley de seguridad y soberanía alimentaria
Otra ley – para proteger la capacidad de un país de alimentar a su población – es la de soberanía alimentaria, muy unida al concepto de seguridad alimentaria, es decir, la inocuidad a la hora de ingerir alimentos seguros.
Más puntos del libro blanco de SOS Rural son la desburocratización y simplificación normativa en el campo español, con el objeto de reducir cargas administrativas que hacen al sector menos competitivo y ágil.
Por otro lado, SOS Rural también aboga por un estudio de impacto sobre las normas del Pacto Verde. “Hay aspectos de la Ley de Restauración de la Naturaleza que esconden aspectos negativos para el sector y eso hay que estudiarlo. La sostenibilidad no solo es medioambiental, sino también económica y social”, señalaba Natalia Corbalán.
El origen de SOS Rural
Aunque el origen está en los agricultores del campo de Cartagena, SOS Rural mira más allá de la región de Murcia para abarcar el resto del país, e incluso Europa. “Queremos ser un movimiento intelectual que dé cobijo no solo a la agricultura y la ganadería, sino a toda la vida del medio rural”, defendía Corbalán.
La portavoz de SOS Rural ponía el acento en la falta de comunicación que ha lastrado históricamente al mundo agro, y cómo esa asignatura pendiente se empieza a superar con la Fundación Ingenio, que sirve de paraguas a SOS Rural.
En el origen aquellos años de polémica en torno al Mar Menor y la diana puesta en el productor. “Cuando el problema no eran los agricultores, sino la red deficiente de saneamiento y depuración”. Vertidos humanos al Mar Menor y el productor como chivo expiatorio.
Piedras en el camino que han servido para hacer más resilientes a los promotores de SOS Rural, un movimiento que estos días atrás ha recalado en Almería con la idea de agrandar su área de influencia y fomentar la unidad del mundo rural.