En Cartagena las jornadas AgroMurcia se celebraban los pasados 12 y 13 de marzo bajo el título ‘Nuevos riesgos fitosanitarios para la agricultura mediterránea’, donde se trataron diversos temas de interés para el mundo agrícola. A continuación, se exponen los temas relacionados con los virus emergentes en las especies hortícolas de la cuenca mediterránea.
*Por Helena Piñar y Carlos Cáceres, investigadores y fundadores de Nakama
Virus importados: un fenómeno global
Durante el bloque IV, Miguel Aranda ofreció una revisión de los virus que han aparecido en los cultivos hortofrutícolas. Su análisis destacó una característica común: estos patógenos provienen del exterior, lo que evidencia que España no es exportadora de virus, sino importadora.

Miguel señaló que no todos los virus se asientan de manera definitiva; algunos, como Cucumber mosaic virus (CMV, el virus del mosaico del pepino), Carnation mottle virus (CARNA, el virus del moteado de clavel) y Tomato torrado virus (ToTV, el virus torrado del tomate), pueden tener una presencia transitoria de 3 a 5 años.
La explicación principal es el uso creciente de variedades resistentes que ayuda a disminuir la incidencia de estas infecciones.
Innovaciones en la detección viral
Hasta ahora, la detección de virus en campo se había basado tradicionalmente en métodos convencionales, centrados en la identificación de patógenos ya conocidos. Este enfoque limitaba el diagnóstico, provocando que, en ocasiones, a agricultores con síntomas propios de una infección viral (nueva) se les atribuyeran equivocadamente problemas nutricionales por la falta de detección de virus conocidos.
Esto va a dejar de ser una limitación ya que se está incorporando la secuenciación de alto rendimiento (High-throughput sequencing, HTS), una tecnología innovadora que permite identificar tanto los virus ya documentados como aquellos aún desconocidos.
Esta herramienta promete mejorar considerablemente la precisión del diagnóstico y, por ende, la toma de decisiones en el manejo fitosanitario.
Los vectores y su papel en la transmisión
Miguel Juárez centró su ponencia en los virus que afectan a las cucurbitáceas, especialmente aquellos transmitidos por pulgones y mosca blanca. Entre ellos destacó el Pepper aphid-borne yellows virus (PABYV, el virus del amarilleo transmitido por pulgón en pimiento), transmitido por el pulgón Aphis gossypii. Aunque el PABYV se manifiesta de forma leve en el cultivo del melón, permitiendo un buen cuaje, sus implicaciones se vuelven importantes al detectar amarilleos generalizados en parcelas.
Por ello, se recalca que es fundamental realizar un diagnóstico preciso antes de aplicar tratamientos fitosanitarios, ya que no existen productos autorizados para combatir enfermedades causadas por virus fitopatógenos ni se deben usar fungicidas para necrosis inducidas por Cucurbit aphid-borne yellows virus (CABYV, el virus del amarilleo transmitido por pulgón en cucurbitáceas) o PABYV.
Respecto a los virus transmitidos por mosca, se destacó el Cucurbit chlorotic yellows virus (CCYV, el virus de amarilleo clorótico de cucurbitáceas), el más reciente en aparecer en campo. Este virus, emparentado con el Cucurbit yellow stunting disorder virus (CYSDV, el virus del encogimiento amarillento de cucurbitáceas), se diferencia por tener una gama de hospedadores más amplia y por superar las barreras de las variedades resistentes.
La amenaza en cultivos de tomate
Carmen Lacasa presentó un estudio sobre las virosis en tomate realizado en 76 parcelas de zonas productoras como Águilas, Mazarrón y la costa de Lorca. En total se analizaron 117 muestras, tanto de tomate como de plantas arvense. Los virus predominantes detectados fueron:
• Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV, el virus del fruto arrugado pardo del tomate) en el 98,6% de las muestras,
• Pepino mosaic virus –cepa CH2 (PepMV-CH2, el virus del mosaico del pepino, cepa CH2) en el 100%,
• Pepino mosaic virus –cepa EU (PepMV-EU, el virus del mosaico del pepino, cepa EU) en el 76,7

Además, se detectaron el Tomato chlorosis virus (ToCV, el virus del amarilleo del tomate) y el Tomato fruit blotch virus (ToFBV, el virus del manchado en el fruto del tomate) en un 53,4% y 23,3% de las plantas, respectivamente.
Ante esta diversidad viral, la estrategia recomendada es integral y se basa en cuatro pilares:
- Reducción del inóculo interno y prevención de entrada externa: mediante la eliminación de malas hierbas, rotaciones, solarización, sustitución de sustratos, y el uso de semillas, plantas, maquinaria y personal higienizados.
- Selección de variedades y portainjertos adecuados: considerando los riesgos, antecedentes y exigencias comerciales. Es importante recordar que las resistencias suelen ser parciales y dependen del estadio fenológico, la variante del virus, la presión del vector y el estrés térmico.
- Control de las contaminaciones secundarias: una vez detectado el virus, se debe extremar la precaución en labores de campo, desinfectar utensilios, compartimentalizar zonas de trabajo y eliminar las plantas infectadas, especialmente en plantaciones jóvenes.
- Organización y manejo adecuado del cultivo: con una planificación meticulosa de las plantaciones, una correcta preparación de las parcelas y una fertilización adecuada para minimizar el estrés.
La amenaza en cultivos de pimiento

En la ponencia sobre virosis en pimiento, María Isabel Font explicó la situación de los tobamovirus en este cultivo. Se detectaron tres patógenos en semillas importadas:
- Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV, ya comentado anteriormente),
- Tomato mottle mosaic virus (ToMMV, el virus moteado del tomate), y
- Chili Pepper Mild Mottle Virus (CPMMoV, el virus del moteado leve del ají picante).
El CPMMoV, que no afecta al tomate, fue encontrado en un 41% de las semillas chinas positivas para tobamovirus, lo que sugiere que su incidencia podría aumentar en España.
Además, se confirmó la presencia del Pepper whitefly-borne virus yellows virus (PeWBVYV, el virus del amarilleo de las venas transmitido por mosca blanca), un patógeno que no se transmite por semilla y comúnmente, se halla en infecciones mixtas junto a otros virus como el PVYV, gran conocido para los agricultores como el virus de las venas amarillas del pimiento.
Impacto económico y estrategias de control de vectores
El último ponente, Alberto Fereres, presentó datos impactantes: se estima que las enfermedades causadas por virus fitopatógenos generan pérdidas anuales en la agricultura por unos 30 billones de dólares. De todos los virus conocidos, el 76% se transmite por insectos, siendo los pulgones y la mosca blanca responsables de la diseminación de más de 500 especies.
En particular, las epidemias más graves son ocasionadas por virus transmitidos por mosca blanca, como los begomovirus –Tomato leaf curl New Delhi virus (ToLCNDV, el virus del rizado del tomate de Nueva Delhi) en cucurbitáceas y el Tomato yellow leaf curl virus (TYLCV, el virus del rizado del tomate) en tomate–, así como por crinivirus como el Tomato chlorosis virus (ToCV) y el Cucurbit yellow stunting disorder virus (CYSDV).

Alberto profundizó en los modos de transmisión de virus por pulgones. Estos insectos pueden transmitir virus de forma no persistente/semipersistente, en cuestión de segundos y con un corto periodo de infectividad, o de forma persistente, requiriendo largos periodos de alimentación y manteniendo la capacidad de infección durante varios días.
La dispersión no persistente se asocia a insectos que no colonizan el cultivo, mientras que los colonizadores, tanto en forma alada como áptera, transmiten a larga distancia y suelen generar focos de infección.
Por ello, las medidas preventivas varían según el comportamiento del vector: en el caso de los no colonizantes, es crucial reducir la fuente inóculo mediante la eliminación de malas hierbas, el uso de cultivos barrera y la modificación de fechas de siembra, ya que los controles químicos pueden incluso favorecer su dispersión.
Para los pulgones colonizadores, se recomienda un monitoreo riguroso y la aplicación de métodos biológicos y químicos, tanto en las fuentes de virus como en el cultivo.
El doble filo de las plantas banker
Otro tema de interés fue el uso de plantas banker, que se emplean para atraer a enemigos naturales del cultivo.
Aunque especies como la lobularia resultan eficaces para atraer crisopas y orius, se ha observado que si no se manejan correctamente pueden favorecer la dispersión de virus no persistentes, como Cucumber mosaic virus (CMV, el virus del mosaico del pepino).
El uso inadecuado de estas plantas puede incluso aumentar la proporción de pulgones alados, intensificando la diseminación viral. Esto ocurre porque estas plantas suelen estar infectadas por un parasitoide como A. colemani, que cuando infecta el pulgón, éste emite unas feromonas de alerta que favorece la aparición de los alados.
Por ello, es vital que las plantas banker no sean susceptibles a virus hortícolas y se implementen estrategias integrales de manejo.
Alberto finaliza su exposición con las siguientes conclusiones:
• El control biológico, si bien es eficaz para limitar las poblaciones de insectos y el daño directo, resulta insuficiente para frenar la propagación de virus, sobre todo los de transmisión no persistente.
• Es imprescindible no confiar en una única estrategia de manejo, sino en un enfoque multifacético –al igual que un edificio necesita varios pilares para sostenerse– que combine medidas preventivas, selección de variedades resistentes, higiene en el campo y un control riguroso de vectores.
• Finalmente, se hace un llamado a continuar la investigación para entender mejor el rol de los enemigos naturales en la dispersión de virus en cultivos hortícolas.
Estas jornadas han servido como un recordatorio de que la modernización del manejo fitosanitario y el uso de estrategias integradas son esenciales para proteger la agricultura mediterránea de las amenazas virales emergentes.