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Hasta el conocido popularmente como polígono de la fresa tiene impregnadas en sus calles dicho aroma. Un trasiego de camioncillos cargados de frutos rojos que entran y salen, muelles que se abren para la descarga, fachadas de empresas empapeladas de carteles de productos y servicios para la fresa, insumos y comercio y en medio los productores que van y vienen y obran el milagro de las berries del sur de Europa.

Prensa especializada
Koppert nos ha llevado estos días atrás hasta Huelva en un viaje relámpago de periodistas especializados en el agro, venidos de distintas partes del país. Delegación nutrida la de Almería para cruzar a la otra punta de Andalucía y recorrer esos otros invernaderos con estructuras de arco, sin bandas laterales en muchos casos y que funcionan bajo un semi sistema bajo abrigo. Luego cuando llega el verano se desmontan para que entren los tractorcillos y poder hacer la limpieza y desinfección de suelos.

Todavía quedan por delante varios meses de campaña, agronómicamente los cultivos pueden llegar hasta junio, incluso hasta julio; pero en realidad el final de la campaña lo marcan los precios, ya que serán los que determinen si en esas fechas de más calor es o no rentable mantener la infraestructura en producción con sus consiguientes sobrecostes.
Santa María de la Rábida
La cooperativa que nos acoge en Palos de la Frontera es la referente en el sector, la sociedad cooperativa andaluza Santa María de la Rábida, cuya marca perfectamente conocida es Fresón de Palos. En la conversación con Enrique Muñoz, responsable de marketing de la empresa, pronto salen hitos históricos como la cercanía a aquel histórico puerto y la fecha del 3 de agosto de 1492. A solo unos kilómetros de las huellas del mismo nos ubicamos.

No en vano estamos en la cuna de la cultura colombina. Los descendientes de aquellos marineros de los viajes de Colón son hoy día agricultores de frutos rojos. Es el mismo ímpetu de querer faenar hacia adelante, pese a las marejadas que azotan hoy día a la agricultura española. Hombres con templanza y gallardía, pese a su juventud. Cristian Cumbreras o Alfonso Domínguez, jóvenes agricultores pertenecientes a esta cooperativa, y que proyectan un futuro lleno de esperanza y fortaleza en la conquista de los mercados.

Uno y otro, 32 y 38 años, representan esa continuidad más innovadora del modelo onubense. En sus fincas ensayan nuevas variedades, hay setos perimetrales y plantas reservorio interiores como lobularias en la cabecera de los líneos, también uso de abejorros, o la experiencia con nuevos sustratos. Además implementan tecnología como el sistema de detección de plagas con Inteligencia Artificial puesto en marcha por Cristian Cumbreras en una de sus fincas de fresa. Fotos diarias e IA para detectar la especie de la plaga y hacer un conteo de su población. Y por supuesto ambos ondean la bandera del control biológico, tanto Cristian como Alfonso son convencidos defensores de la cultura de los bichos buenos como aliados para controlar a los malos.


Koppert y Fresón de Palos
Aunque son muchas las empresas de frutos rojos con las que Koppert trabaja en España (Fresón de Palos, Bionest, Surexport, Masiá Ciscar, Fresaflor -Grupo Sanlúcar-, Agromartin, Alfrut, Tierras del Condado -Grupo Fruta de Andalucía-, Hortifruit y Grupo Plus Berries) nos vamos a centrar en los proyectos que lleva a cabo con la primera de ellas y anfitriona de nuestra visita, Fresón de Palos.

Santa María de la Rábida fue fundada en 1982 y cuenta hoy día con unos 150 socios-agricultores y un tejido laboral que se traduce en plena campaña en alrededor de 7.000 empleados. Es la sostenibilidad social a la que se refería Enrique Muñoz durante su presentación en una de las fincas, unida a la sostenibilidad económica y medioambiental en la que trabaja como un trinomio Fresón de Palos.

Allá por la campaña 2003/2004 la cooperativa ya comenzaba a colaborar con Koppert para el control de la araña roja. Más adelante dicha colaboración se trasladó también a pulgones y más recientemente al Scirtothrips. A este nuevo thrips dedicaremos el siguiente artículo, el segundo de nuestro viaje a Huelva con Koppert. Solo en cítricos la compañía holandesa ha implementado un protocolo para un millar de hectáreas en Andalucía Occidental, más otras tantas en berries.
En este momento son unas 150 hectáreas de Fresón de Palos en las que se han implementado con éxito los programas de control biológico de Koppert.
Mañana segunda parte y final de esta historia.
En datos
Huelva es la mayor productora de fresa de Europa. Una producción que se ha ido diversificando con la progresiva incorporación de volúmenes cada vez mayores de nuevos cultivos (arándano, frambuesa, mora).
Según datos de la Asociación de Productores y Exportadores de la Fresa de Huelva (Freshuelva), en la campaña 2023-24 hubo una producción total de 221.412 toneladas de fresa en Huelva. La campaña de frambuesa concluyó con una producción superior a las 40.000 toneladas; el arándano, superior a las 58.000 toneladas; y la producción de mora, en torno a las 2.100 toneladas.

Las principales zonas productoras de fresa en la provincia son Condado de Huelva, con localidades como Moguer, Palos de la Frontera, Lucena del Puerto y Almonte; El Rocío, dentro del término municipal de Almonte; la Costa de Huelva, con localidades como Lepe y Cartaya; la Vega de Palos de la Frontera y Huelva capital.

Gran parte de la fresa onubense se destina a la exportación, principalmente a países de la Unión Europea (como Francia, Alemania y Países Bajos) y a Reino Unido.