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Carlos Meza y los microorganismos (microbioma y microbiota) en la Semana de la Ciencia de Viagro en Almería
Después de asistir en los últimos años a media docena de charlas del investigador chileno Carlos Meza, aún me sigo sorprendiendo cada vez que lo escucho. Ayer, en la apertura de la Semana de la Ciencia de Viagro en sus instalaciones de La Cañada (Almería), Meza ahondaba aún más en sus tesis disruptivas en torno a la agricultura y a la salud humana. Muy atentos, no hay desperdicio.
Microbiota y ahora microbioma
En los últimos tiempos se habla con insistencia en el sector sobre el retorno al suelo como paradigma y origen del ‘modelo Almería’ y del papel creciente de los microorganismos. Microbiología de suelos a la que le ponemos nombre e incluso apellidos, ya sean micorrizas, trichodermas, bacterias, etc. A este ecosistema se le denomina microbiota. Hasta ahí bien. De ello ya hemos publicado profusamente estos años atrás. Sin embargo, Carlos Meza va bastante más allá, en realidad mucho más abajo, a cientos de metros bajo el subsuelo hasta encontrar en esas profundidades una riqueza de microorganismos muy superior a lo explorado hasta ahora. A esta nueva microbiología de suelos formada por microorganismos que no tienen aún ni nombre ni apellidos se le denomina microbioma, ya que son microorganismos muchas veces desconocidos y sobre los que ahora presta toda su atención este investigador, CEO de Terragénesis y que trabaja estrechamente con la almeriense Viagro desde hace muchos años.
Degradación de suelos por salinidad
Por todos es sabido el aumento de la conductividad en las distintas zonas agrícolas de Almería. Por ejemplo en el Poniente en municipios como El Ejido en pozos que tradicionalmente han gozado de aguas con escasa conductividad, en los últimos años han observado cómo dicha salinidad ha crecido a cotas no pensadas hasta ahora. He aquí donde pueden jugar un papel decisivo esos nuevos microorganismos protagonistas de la ponencia de Carlos Meza, a los que aún hay que bautizar y que se están estudiando en el nuevo laboratorio de biotecnología de Viagro, como agentes beneficiosos para recuperar esos suelos castigados y cuyas biomoléculas pueden contribuir a reducir los niveles de salinidad.
“Si las conductividades siguen creciendo en pocos años el futuro del ‘modelo Almería’ estará seriamente comprometido y en jaque la rentabilidad de las explotaciones. Hay que cambiar el chip de la agricultura. Ya no se trataría de aportar probióticos, imaginemos micorrizas o trichodermas, porque con esta subida de sales no podrían sobrevivir. En cambio se trata de aportar prebióticos para potenciar y fortalecer a los microorganismos que ya existen en el suelo. Y esos prebióticos están diseñados con moléculas altamente complejas que hemos extraído de ese otro microbioma sin nombre ni apellidos que nos sirve para obtener nuestros nutrientes o prebióticos con los que alimentar a los millones de microorganismos (nativos) que pueblan nuestros suelos”, describía Meza.
Hay que quedarse con el concepto de ‘moléculas altamente complejas’ para entender la capacidad de regeneración de suelos que cumplen estos nuevos prebióticos que ya comercializa Viagro (Fertinatura, Dream o Brio) y que son los primeros en el mundo en recibir el sello de agricultura regenerativa por su función de regeneración de suelos.
Los microARNs son moléculas muy pequeñas, de apenas 20 a 24 nucleótidos, que intervienen en los procesos de desarrollo, crecimiento y adaptación de las plantas al ambiente, así como también en la defensa frente a virus y bacterias patógenas.
Capturar carbono y liberar oxígeno
Carlos Meza explicaba ayer que dicho microbioma, toneladas y más toneladas de microbiología a bajas profundidades, funciona sin materia orgánica. “Microorganismos que capturan carbono para alimentarse, generan biomoléculas de gran interés (capaces de activar y desactivar genes) y liberan oxígeno, lo que puede cambiar el paradigma de la agricultura hasta ahora”, subrayaba Mesa.
Para cerrar el círculo el científico aseguraba que dichas biomoléculas están detrás del silenciamiento de virus, como el rugoso, temática abordada por dos investigadoras de la Universidad de Almería en esta Semana de la Ciencia, evento que tendrá continuidad hasta mañana jueves. Los prebióticos Dream y Brio han sido los implementados en dicha estrategia frente a rugoso, pero de ello publicaremos con más detalle en un siguiente post.
Salud humana y salud de suelos
El saber en Meza no está separado por compartimentos. En su argumentario la naturaleza no tiene límites y para llegar a entenderla hay que profundizar en caminos intransitados hasta ahora y articular vasos comunicantes entre todas las disciplinas para llegar a un conocimiento más amplio de la verdad de las cosas. Por ejemplo, según Carlos Meza, los microorganismos de suelo y los de nuestro estómago funcionan de una forma similar, siendo la salud de suelos un vaso comunicante con la salud humana.
Así la aproximación al cáncer hay que entenderla como una desactivación de los genes por empobrecimiento de la microbiota del tracto digestivo del ser humano. “Somos lo que comentos”, dijo en alusión a estos conceptos.
Así la pérdida de microbiología de suelos redunda sobre la salud humana. Un microbioma del suelo rico genera biomoléculas frente a células cancerígenas, por ejemplo, de cáncer de colon.
Laboratorio de Biotecnología
Durante estas tres jornadas en las que Viagro ha diseñado su Semana de la Ciencia pasarán más de 250 profesionales, en grupos reducidos de 20 personas. Junto a las charlas también hay recorrido por el nuevo laboratorio de Biotecnología de Viagro, estrenado hace un par de años. En él atendieron al grupo de nuestra visita Mercedes, Estela y Mila, investigadoras que dieron a conocer algunas de las líneas de trabajo como “las soluciones nutritivas con nutrientes diana para potenciar microorganismos benéficos”, apuntó Estela Gázquez.
“También nutrientes (prebióticos) que estimulan el crecimiento de microorganismos – que solubilizan sales o fomentan biomoléculas – y que pueden ser foliares o por vía suelo”, añadía.
Las tres investigadoras dieron a conocer distintas proyectos para potenciar la microbiota nativa del suelo, el papel de captación del CO2 y la liberación de oxígeno. Una microbiota nativa pudiendo ser más efectiva, por ejemplo, frente a fusarium que un fungicida, según explicó Mila Bello.
Mercedes Tirado ahondó en los beneficios “de la agricultura regenerativa para recuperar microbiología” y cómo los problemas vienen de los desequilibrios en el ecosistema de hongos, bacterias, levaduras, etc. “Es la naturaleza y su capacidad para recuperar el equilibrio original. Usarla a nuestro favor”, comentó.
En este laboratorio se analizan constantemente muestras para identificar microorganismos, que pueden ser benéficos pero también patógenos, unas veces documentados y otras no. También se hacen enfrentamientos benéficos versus patógenos para evaluar el control del primero sobre el segundo. Por ejemplo, penicillium sobre fusarium.
La visita acabó en otro laboratorio, el químico, donde Adolfo de Valenzuela describió el control de calidad que se realiza en él sobre las materias primas con las que se trabaja, también su trazabilidad. “También ensayamos nuevas formulaciones sólidas y líquidas”, dijo, “además de dar apoyo a agricultores en cuestiones que van desde la calidad de sus aguas hasta la compatibilidad de sus soluciones nutritivas”.
En el próximo post cerramos la Semana de la Ciencia de Viagro analizando el papel decisivo y disruptivo del uso de sus prebióticos para silenciar el virus del rugoso en tomate.