Tabla de Contenidos
El sector ya dispone de la información técnica necesaria para adaptar el cultivo de papaya a los invernaderos del sur de España. El nacimiento de este blog, allá por 2013, coincidió con un interés creciente por el cultivo de papaya en el sureste peninsular. Así que hemos podido ser testigos y hacer un seguimiento informativo a esta larga década en la que dicho interés no se ha visto acompañado por el conocimiento agronómico necesario – o bien por la transferencia del mismo – para abordar la introducción de este cultivo bajo plástico sin la incertidumbre que ha tenido hasta ahora. Sin embargo, ya podemos decir que existe hemeroteca agronómica y experiencia suficiente contrastada para poder abordar este reto con garantías de éxito, tal y como ha quedado reflejado en las conclusiones finales de la I Jornada Técnica Papayalab, desarrollada esta semana por CapGen Seeds en Aguadulce (Almería).
Mejora genética
En la introducción a la jornada Alexis Almenara, genetista de CapGen, esbozó algunas de las líneas actuales de mejora que buscan obtener variedades de papaya adaptadas a las condiciones europeas, teniendo en cuenta el origen tropical de esta fruta. También investigación para ofrecer variedades que produzcan a menor altura.
La papaya desde el semillero
A continuación la charla de Asensio Navarro que relató cómo desde el semillero Vitalplant llevan trabajando la papaya desde hace casi una década. “En Almería llevamos cuatro días con la papaya, así que está todo por hacer”, esgrimió mostrando optimismo ante el recorrido que tiene por delante este tropical para poder convertirse en un artículo más de la pizarra hortofrutícola.
Asensio Navarro habló de las distintas tipologías de papayas, del marco de plantación, germinación, floración y cuajado, soluciones nutritivas o del sexado, ya que el interés comercial está en las plantas hermafroditas.
El trasplante en Almería se recomienda en marzo y abril, en el semillero hablaríamos de diciembre. Ya en el invernadero, “se requieren suelos profundos y ricos en materia orgánica. Ojo con evitar los encharcamientos para impedir problemas de cuello”.
Las ideas clave son luz, temperatura y humedad relativa. “Hay que subir la humedad para favorecer la flor porque para conseguir barrigas grandes de papayas hay que obtener buenas flores. De una flor a punto de abrir hasta que tenemos el fruto pueden transcurrir entre 5 y 7 meses”, describía Asensio.
Los ciclos que se suelen hacer buscan una o dos barrigas. Si se trasplanta en marzo, se puede tener fruta madura en septiembre/octubre.
Papaya en Almería. Estudios en la Universidad (UAL)
Seguidamente Irene Salinas, investigadora del departamento de Agronomía de la Universidad de Almería, quien relató los múltiples ensayos que se han realizado con papayas en los últimos años en la provincia. Así recordó los primeros en la Estación Experimental de Las Palmerillas para evaluar variedades, kilos o altura del primer fruto, entre otros parámetros.
Salinas detalló diferencias entre ciclos. En el de primavera, trasplantes en torno al mes de abril en Almería, se logran los primeros frutos, además de mayor tamaño, a los 6 meses; mientras que en el ciclo de otoño, trasplantes de septiembre, a los 10 meses se inicia la recolección.
La investigadora almeriense habló de otros ensayos relativos al control de clima en invernadero con datos elocuentes. Con ventilación más blanqueo los rendimientos alcanzan los 13 kilos/metro cuadrado, “mientas que si añadimos a ventilación y encalado también nebulización para el verano y calefacción para el invierno entonces alcanzamos producciones muy superiores, esto es, 32 kg/m2”.
Irene Salinas habló de otros ensayos que en la actualidad se están llevando a cabo en la finca UAL-Anecoop “para la búsqueda de patrones de papayas con un menor requerimiento térmico en los meses de invierno”.
De interés a su vez otras ideas que aportó como la búsqueda de portes pequeños y medios con una rápida entrada en producción. Y datos de interés como las 471 hectáreas de papaya que hay en España, la mayoría en Canarias, ya que en la Península se estima que hay 45 hectáreas, sobre todo en el sureste. Rendimientos que varían y pueden ir de las 80 hasta las 200 toneladas por hectárea, y precios medios en los últimos años que sobrepasan el euro.
Entre las ventajas de la papaya, como opción para el invernadero, está su mano de obra (no intensiva), su precio atractivo y la cercanía al mercado europeo. No en vano la oferta hoy día de esta fruta no cubre la demanda actual ni la estimada como potencial.
La papaya en Canarias
Redundando en la principal zona productora del país, el ingeniero agrónomo Juan Alberto Cabrera, asesor en CapGen, describió la situación de la papaya en las Canarias explicando que esta fruta coge el testigo de otros cultivares venidos a menos en el archipiélago como el tomate o las ornamentales.
Este agrónomo canario explicó que se emplean invernaderos altos, en torno a los 7 metros de altura. Cultivo protegido tanto de malla como de plástico, incluso el tipo Almería ‘raspa y amagao’. Cabrera explicó que en los casos de invernaderos bajos la práctica habitual es tumbar las papayas desde el inicio.
Múltiples consejos como mantener las cubiertas limpias para la radiación, el uso de la nebulización (para control de clima, pero también para control de la araña roja), trabajar la ventilación y evitar en todo momento subir de los 35º y un largo etcétera. “La papaya necesita calor húmedo, no seco, al tratarse de una planta tropical”, recordó.
Almanzora Tropical. Caso de éxito de papaya en Almería
Por último cerró este primer Papayalab de Capgen el fundador de Almanzora Tropical, Pepe Montiel, referente de papaya en Almería desde 2018. Este productor de Palomares que tiene 18 invernaderos, unas 10 hectáreas, relató su búsqueda de “sabor, textura, calidad y tamaño”, y su apuesta por variedades como Alicia, de CapGen. Como experiencia explicó que en los duros meses de verano “quitamos los plásticos y solo dejamos la malla”.
Pepe Montiel es hoy día ecológico, “al cien por cien, y el siguiente paso es el sello Demeter”, en referencia a la agricultura biodinámica. “Mi experiencia me dice que la papaya es rentable, si está certificada”, añadió.
Por último, se abrió un interesante debate con el público profesional asistente, venido también de otras zonas como la murciana Mazarrón, donde también se produce papaya. Entre las inquietudes que salieron a relucir en el turno de preguntas destacó las manchas fisiológicas que aparecen en invierno en algunas variedades (no en todas), debidos a problemas ambientales como los cambios bruscos de calor y humedad, oscilaciones térmicas. Hoy día existen líneas puras que no son sensibles a este problema y los programas de mejora investigan la introducción de dicha genética en las nuevas variedades de papaya.