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Diferencias las hay, incluso con algunos aspectos antagónicos, pero todos los modelos de comercialización se enfrentan al mismo reto de vender perecederos en un contexto de incertidumbre constante y de presión en el precio. El I Congreso Tomeet celebrado por Rijk Zwaan en Almería ha servido para conocer las visiones de firmas como Agroponiente, Grupo Paloma, cooperativa La Palma, CASI, Unica y SanLucar Fruits.
Primera mesa de debate: La Palma, Grupo Paloma y Agroponiente
En la primera mesa redonda contrastaban modelos de pequeño productor, como la granadina cooperativa La Palma, cuya media de superficie está entre 1 y 1,5 hectáreas, y la participación del agricultor se constata con la celebración de hasta cinco asambleas al año; y en el otro lado el modelo de grandes superficies de cultivo, de una empresa privada como el Grupo Paloma, asentado en Murcia. Coincidentes ambos en ser de origen familiar, aunque con estructuras bien diferentes.
Siendo evidentes las diferencias, tanto el presidente de La Palma, Pedro Ruiz, como la directora de I+D+I del Grupo Hortofrutícola Paloma, Ana Hernández, coincidieron en el ímpetu de hacer más sostenibles sus producciones. Pedro Ruiz nombró algunos proyectos como la producción con biomasa, el sin residuos, la recogida de plásticos o una agricultura cada día más de precisión para medir y evaluar manejos agronómicos y poder reducir insumos e impactos.
Por su parte, Ana Hernández expuso previamente el modelo sostenible implementado en esta compañía murciana arraigada desde 1968 y que en la actualidad tiene proyectos en marcha para optimizar el uso del agua, reducir las emisiones de CO2 o fomentar la biodiversidad. Así, el Grupo Paloma ya fue pionero en 2016 en calcular la huella hídrica en hidroponía, hasta en 700 hectáreas hoy día. También trabaja con placas solares en los embalses (ahorro de agua), implementando plantas solares entre las distintas fincas (autoconsumo de energía) y con una nueva arquitectura en sus últimos invernaderos para hacerlos más sostenibles.
Por otro lado, Antonio Algarra, responsable de I+D+i, de la compañía Agroponiente, que conjuga distintos modelos, entre ellos el de subasta y también producción propia en 200 hectáreas, se refirió a los ensayos puestos en marcha para optimizar la nutrición con el uso de microorganismos (hongos y bacterias) y buscar así soluciones al agricultor en un entorno de ascenso de las temperaturas.
Antonio Algarra puso interesantes ejemplos, como el cambio de los ciclos de producción en tomate en Almería que ha llevado a retrasar hasta el mes de septiembre las siembras que habitualmente se hacen en agosto. “Más plagas y virosis con altas temperaturas, lo que provoca retrasar los trasplantes”, apuntaba, “además de deslocalizaciones a zonas más frías de interior”.
Segunda mesa redonda: CASI, Unica y SanLucar Fruits
En la segunda mesa de análisis las producciones extracomunitarias de Marruecos estuvieron presentes. “No puede ser que haya un mismo producto en el lineal, pero con distintas reglas”, dijo taxativamente Enrique de los Ríos, gerente de Unica. “La diferencia comercial entre un producto y otro debe de existir”, añadió.
El CEO de CASI, Juan Jesús Lara, se mostró pesimista ante la idea de que la UE pudiera exigir unas mismas reglas de juego a uno y otro lado del Mediterráneo. “Llevamos diez años esperando reglas y protección institucional que no ha llegado, así que hay que trabajar la marca para que se valore dicha diferenciación”, expresó Lara, que recordó la IGP, modelo por el que ha vuelto a apostar la CASI.
Desde otra perspectiva bien distinta se mueve SanLucar Fruits con producciones en Europa, en la Península y en el norte de África, en Túnez. Un modelo que defendió la product manager de tomate Mais Zakarne Saleh y que aseguró que “hay que crear marca España para no quedar fuera del mercado”.
Ante esa idea Enrique de los Ríos recordó el individualismo que define hoy día al ‘modelo Almería’, lo que convierte dicha marca España en una quimera. “España falla en la unidad de acción. Hay que convencer que trabajando desde el sector puedes ayudar mejor a tu cooperativa. Necesitamos mayor unión comercial y cooperación entre nosotros”.
Enrique de los Ríos apostó por la diversificación y apuntó una última reflexión: “Que España no acabe en un nicho”, refiriéndose a que hay que introducir en el lineal variedades de valor “que se vendan mucho, que roten, como el cherry o el pepino mini”, pero que no sean para un consumo excepcional.