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Coexphal ha calculado en un 26% el aumento del coste de producción de la última campaña. Ese incremento continúa en la campaña actual con otro repunte más del 11%. De este modo las posibles expectativas de crecimiento del sector hortofrutícola quedan lastradas por el aumento constante de lo que supone cultivar un kilo de frutas y verduras.
Ayer, en El Edén de El Ejido (Almería), Coexphal desarrollaba una jornada técnica para radiografiar la salud actual del sector. Para ello dos ponencias, una desde una perspectiva más microeconómica, a cargo del estadista de cabecera de Coexphal, el profesor Juan Carlos Pérez Mesa, y una segunda con una mirada macro, en la figura del mediático economista Daniel Lacalle.

El agricultor gana ahora igual que en 1996
Antes de sendas charlas ambos atendieron a preguntas de los periodistas, refiriéndose Daniel Lacalle a uno de los orígenes de ese incremento del coste de producción: “El agricultor es el cajero automático del gobierno”, dijo, para a continuación añadir que “falta empatía por parte del gobierno hacia los agricultores. Pese a su papel durante la pandemia para abastecernos de alimentos, el gobierno premia a los agricultores con impuestos al trabajo, como las subidas del SMI (Salario Mínimo Interprofesional) o la subida de las cuotas de autónomos, entre otras”.

Por su parte, Juan Carlos Pérez Mesa, recordó otros factores determinantes en el ascenso del coste de producción, geopolíticos como la guerra de Ucrania, cuestiones económicas, políticas y legales, que se han traducido en un aumento de los insumos, por ejemplo de los fertilizantes y de todos inputs vinculados al precio de la energía.
Hasta tal punto lastra la escalada del coste de producción las expectativas de crecimiento del sector que en términos reales el agricultor almeriense gana en la actualidad lo mismo que en 1996, en términos reales descontando la inflación.

La sombra de Marruecos
El ascenso del vecino extracomunitario del sur no conoce límite. Aumento de sus envíos a Europa y además una cada vez mayor diversificación de destinos. Como ejemplo, el tomate, ya que lo que sube Marruecos es lo que baja Almería hasta el punto de plantearse Pérez Mesa si está o no produciéndose “un efecto de sustitución”.
Si hace unos años en tomate Almería tenía una cuota del 24% del mercado francés, hoy día se ha reducido al 13%.
Más argumentos. Tradicionalmente el 90% del tomate marroquí tenía como destino Francia, pero en los últimos tiempos ha ido cambiando y en la actualidad el mercado francés recepciona el 60% del tomate norteafricano. La diversificación alauita ha ido hacia mercados como el británico, el pasado año Marruecos exportó a Reino Unido más de 130.000 toneladas de tomate, pero también hacia España.
Reino Unido lo compiten en una posición similar Marruecos y Holanda. “La cuota de tomate almeriense en el mercado británico ahora es residual”, señalaba Juan Carlos Pérez Mesa.
Un último apunte de interés sobre el competidor del Atlas. Anterior al contexto geopolítico actual, Marruecos enviaba a Rusia 90.000 toneladas de tomate que han quedado en algo testimonial hoy día. “A algún lugar habrán ido a parar esos kilos (…)”, reflexionaba el profesor de la UAL.
Dependencia del mercado alemán
En la última campaña Alemania ha continuado aumentando su peso estratégico en las exportaciones hortofrutícolas almerienses. Subida del volumen de ventas en toneladas hacia el mercado germano, pero disminución del valor de las mismas.
En cambio en Reino Unido el valor de las ventas no decrece. “Por eso, sería importante recuperar cuota en el mercado británico porque ha demostrado ser un destino más rentable y mejor pagador que otros”, indicaba Mesa.

La excepción hortofrutícola
Por su parte el economista Daniel Lacalle desmenuzó las variables macroeconómicas y su traslación al sector. “La demanda de productos hortofrutícolas crece por encima de lo esperado en un entorno de subida de tipos”, dijo.
Escalada de tipos de interés que en su opinión redundará de forma distinta, dependiendo del sector de actividad. “La oferta de crédito caerá, pero no en un sector sólido y con balances saneados como el hortofrutícola”.
Daniel Lacalle apuntó que continuará la subida de tipos y la reducción de crédito durante más tiempo del esperado porque la inflación será persistente. “Para bajar la inflación hay que reducir la cantidad de dinero, y por lo tanto, el crédito”, explicó.
Lacalle vaticinó una demanda nacional en contracción, aventuró que la posibilidad de recesión (dos trimestres consecutivos con caída del PIB) es del 65%, pero no cree probable una crisis como la de lustros atrás.

Fondos de inversión
El economista también opinó a favor, a preguntas de los medios, de la llegada de los fondos de inversión al mundo agro: “Los fondos no son algo malévolo. Hay que verlos como un socio y su entrada no está reñida con el ‘modelo Almería’. Los fondos solo quieren participar del modelo, hacerlo sostenible y que siga perviviendo dentro de veinte años”.
“Los fondos de inversión son una oportunidad para el agro. Los fondos se acercan a un sector con balances saneados porque quieren participar del sector y consolidarlo. Aportan capital circulante y capacidad de crecimiento”, sostuvo Daniel Lacalle.