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Tras recorrer las principales zonas agrícolas de la provincia de Sevilla, acabamos nuestro periplo sevillano en el Gordillo, una popular barriada al norte de la capital hispalense, justo en la finca que cierra el perímetro municipal de Sevilla. Estamos en la casa de Transa, un referente en la Península Ibérica en el sector del tomate de industria. Vamos de la mano de Brandt y nos atienden amablemente el director general, Rafael Carranza, la gerente, Susana Gutiérrez, y el responsable técnico, Marco Antonio Delgado.
Cultivos resilientes
Aunque el tomate de industria es el referente, Transa tiene diversificados sus cultivos: patata, maíz dulce, algodón, zanahoria, girasol, olivar de alta densidad y naranja. Dedicamos los primeros minutos al cultivo de patata con Antonio Martín, distribuidor de Brandt, y Marco, ya que aquí se ha implementado InVigo, además de la tecnología Manni-Plex con zinc, manganeso y magnesio. El resultado es un cultivo muy sano y resiliente ante el estrés ambiental sufrido durante este pasado invierno.
Sobre estas tecnologías ya hablábamos en el anterior post (pinchar aquí), así que directamente cambiamos el tercio.
Sevilla anticipa la campaña del tomate de industria
Bajamos en coche unos pocos cientos de metros hasta llegar a las tierras dedicadas al tomate de industria. En Sevilla las plantaciones se realizan durante el mes de marzo, aunque este año se han retrasado a fechas de finales de marzo y principios de abril. La recolección del tomate de industria en Sevilla se concentra desde mitad de julio hasta finales de dicho mes.
“La campaña la anticipamos un mes en Sevilla”, comenta Rafael Carranza, en alusión a la continuidad que posteriormente tendrá en la vecina Extremadura.
En Sevilla Transa trabaja este año unas 250 hectáreas de tomate de industria. Carranza nos avanza que la superficie es menor a la de otros años por los problemas de sequía. En su caso emplean embalses para el riego por goteo.
Fábrica transformadora en Badajoz
En cambio en Extremadura la superficie es mayor. Son 600 hectáreas propias de Transa en aquella región más otras 2.700 hectáreas de agricultores terceros que nutren la fábrica transformadora de tomate de industria situada en Villanueva de la Serena (Badajoz).
Esta fábrica transforma la materia prima en pasta y deshidratado de tomate. El siguiente paso en la cadena, el resultante final de cara al consumidor, serán esas salsas, ese tomate triturado y frito, o el popular kétchup.
Pero ahora estamos en el embrión de todo el proceso. Agronomía y producción. Nos encontramos fotografiando esas tomateras de industria, que apenas alcanzarán medio metro de altura, que requieren de una nutrición equilibrada y de una correcta bioestimulación, es la tarea de Brandt, y que estando en el origen de tantos y tantos alimentos sin embargo están lejos de la conciencia del consumidor. Porque esa lata de tomate triturado que está en el lineal del supermercado tiene su origen en campos de cultivo como los de las imágenes.
Prácticas agroecológicas
Transa es una empresa de origen familiar, fundada por el padre de Rafael allá por 1965. Él y Susana nos hablan de las prácticas de agroecología que están implementando en Extremadura para la mejora de los terrenos agrícolas.
Regeneradores de suelos. Cubiertas con biocidas como mostazas, trigos o rábanos. Son cultivos de cobertura para implementar dichas prácticas.
“Trabajamos para regenerar suelos, reduciendo el laboreo, apostando por el control biológico y los hoteles de insectos…”, empieza a enumerar Rafael Carranza, “también alternamos cultivos, por ejemplo se rota de tomate a trigo o algodón, también incorporamos materia orgánica y otras muchas prácticas”.
Sostenibilidad en todos los cultivos. También en aquellos que se destinan a la industria agroalimentaria. Prometemos a futuro hacerles una visita a su fábrica extremeña para conocer con más detalle in situ sobre la transformación del tomate.