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Primavera tardía que se mete en el verano. Es el ciclo del invernadero de las imágenes, situado en el campo de Níjar, que acogía en la segunda quincena del mes de junio, una jornada de campo de Syngenta para conocer el comportamiento de la variedad Koshima en un ciclo de calor.
José Manuel y Mari Carmen son los agricultores de esta finca, trasplantada a principios de marzo y que por la buena evolución del cultivo prolongará su producción hasta finales de julio, incluso principios de agosto, en Campohermoso.
En ecológico y sin injertar
“La variedad es muy buena, tanto en cantidad como sobre todo en calidad de frutos, y trabajamos con ella tanto en otoño como en primavera”, expresaba José Manuel.
Él y su mujer son productores de tomate cherry desde “hace muchísimos años”, comentaban. Así que destacan el fácil manejo y el poco follaje de la planta. “No hay exceso de tallos, así que en el destalle requiere menos mano de obra”, añadía José Manuel.
Mari Carmen recuerda que para el ciclo de otoño/invierno el trasplante lo hacen en julio; y que para primavera se van a marzo, cortando la cabeza hacia el 20 de mayo. “Llevamos varios años con la variedad, desde el principio que salió al mercado, es muy productiva y estamos contentos”, aseveraba la agricultora almeriense.
Ella y José Manuel añadían que la producción de Koshima es en ecológico y sin injertar.
Ramos muy largos
Entre los asistentes a la jornada de Syngenta también estaba Luis Nieto, que refería que en su finca se hicieron los primeros ensayos con Koshima hace varios años.
A destacar por este agricultor “los ramos muy largos”, lo que redunda en una mayor productividad. Un extra, que Luis calcula en “dos kilos más respecto a otras variedades. Además tiene un puntito más de sabor”.
Calendario de Koshima
Iván Alonso, técnico comercial de Syngenta, explicaba el calendario de esta variedad de tomate cherry redondo. Para ciclo de primavera se recomienda para trasplantes desde enero hasta primeros de marzo, para ciclos cortos; y en otoño desde julio/agosto, según zonas, tanto para ciclos cortos como largos. “Koshima cruza muy bien el invierno”, corroboraba.
“Todo lo engorda, todo se recolecta. Es un cherry muy productivo y al final el agricultor está contento por la cantidad de kilos que le puede sacar”, añadía Alonso.
Koshima colorea bien, hace un calibre comercial 28-30 mm, se indica para suelto, aunque hay agricultores que también lo trabajan en rama.
La variedad Koshima de Syngenta se adapta bien tanto al campo de Níjar, donde se desarrollaban estas jornadas, como a otras zonas con tradición de cherry como la costa de Granada.
Por último, en cuanto a resistencias y de especial interés para los productores de ecológico, a cuchara se le suma también la resistencia a fulvia.