Apurando lo que resta de 2021 hemos hecho una última visita de campo para aprender sobre un cultivo en auge como el pepino mini con una empresa que lo lleva trabajando desde hace cuatro años, como es Naturinda. Nos acompañan dos comerciales de esta empresa, asentada en el polígono de La Mojonera, junto a la A-7, como son Samuel Valero, dedicado a mercados como Alemania y otros centroeuropeos, e Imane Ouali, que trabaja Francia. Nos recibe en su explotación agrícola de Santa Mª del Águila el productor José Benavides.
Agricultor bonachón, amable y exquisito en las formas nos enseña su finca, deliciosamente encaramada a la Sierra de Gádor y desde donde se otea una panorámica única de buena parte del ‘mar de plástico’ del Poniente almeriense. José Benavides repite por segundo año consecutivo con pepino mini para Naturinda, con plantaciones escalonadas en distintos invernaderos. Nos comenta Samuel Valero que desde hace varios años Naturinda planifica con detalle la campaña con sus agricultores para evitar cuellos de botella y poder suministrar producto a destinos de manera fluida y sin entradas masivas de hortalizas. El pepino mini es un perfecto ejemplo de dicha planificación.
“En pepino mini planificamos con los agricultores siembras cada 10-15 días en meses como septiembre, octubre, noviembre o diciembre”, explica Samuel Valero.
Es un cultivo muy versátil que se adapta a diferentes calendarios, tanto de otoño como de primavera, lo que ha llevado a Naturinda a comercializar con pepino mini los 12 meses del año. “Este año hemos duplicado superficie, y seguimos creciendo para el año que viene. Los nuevos agricultores que se animen a hacerlo con nosotros deben saber que tenemos experiencia en este cultivo y una importante red de clientes por toda Europa”, añade Valero.
El pepino mini está centrado en la exportación, pero lo interesante es que es un producto que encaja en todos los mercados, con lo cual encuentra un fácil acomodo en casi cualquier país europeo. “Nos demandan especialidades en formatos pequeños y con sabor”, expresa Samuel Valero, “y el pepino mini responde perfectamente a dichas demandas de los clientes”.
Naturinda continúa con este producto su filosofía de envasado en campo en cajas de cartón. Desde que el agricultor corta, es recepcionado en el almacén y enviado en camión apenas pasan unas horas. Por ejemplo en mercados como Madrid, en menos de 24 horas está descargado.
Los frutos de este pepino son de entre 100 y 150 gramos. En invierno Benavides describe que se recolectan “un día sí y otro no, pero en ciclos de calor todos los días”.
“Es mi segundo año con el mini, es un cultivo que se lleva bien, sin problemas, es productivo y tiene buena venta”, resume este agricultor almeriense.
El pepino mini entronca con los “productos singulares” de Naturinda, que atesora un largo catálogo de productos hortícolas ‘diferentes’ (pinchar aquí).
“Continuamos con el resto de tipologías como el pepino Almería, el francés o el corto, donde mantenemos la misma oferta; pero sí es verdad que la gran subida la experimenta el pepino mini porque funciona bien para todos los mercados”, corrobora Samuel Valero.
Recorremos dos invernaderos. Uno de ellos con trasplante del 10 de octubre, y otro más tardío de mitad de noviembre, en el que previamente había habido también un primer cultivo de pepino mini durante los meses de verano. La diferencia entre los ciclos de calor y frío está en que la producción es mucho más elevada en los meses de altas temperaturas, pero el precio es mejor en los meses de otoño e invierno.
Un cultivo, como el pepino mini, que está dando la talla en Almería en los últimos años tanto para agricultores como comercializadores y que viene a responder a la necesidad de una pizarra hortofrutícola más amplía. Este tipo de pepino favorece la diversificación con la que se cristaliza una oferta más atractiva para mercados y consumidores.
Ana Rubio