Cada nueva campaña empieza en un semillero. Conseguir una buena plántula es determinante para que el agricultor pueda iniciar con garantías el siguiente cultivo en su finca. En el día de ayer nos acercábamos hasta El Plantel de El Ejido, el centro más moderno de la compañía inaugurado hace ahora tres años. En estas instalaciones hemos podido conocer sobre el uso de las pantallas de sombreo, especialmente útiles para que los injertos agarren bien y para que después las plántulas crezcan de forma homogénea durante las dos semanas anteriores a que el agricultor las retire rumbo al invernadero.
En este centro ejidense de Semilleros El Plantel se están haciendo estos días injertos de tomate y de sandía, aún quedan dos semanas últimas de injertos de sandía para las producciones más tardías de La Mancha. Una vez que se hace el injerto la planta va a la zona de prendimiento o de cooling, donde estará entre 7 y 10 días hasta que patrón y variedad están bien unidas y enraizadas.
Accedemos a la zona de cooling con David Sánchez, director de producción de El Plantel; con Manuel Escudero, director general; María Cara, responsable de marketing; y también con Francisco Alonso, director del grupo Ridder en España; y Juan Carlos Jiménez, director comercial. Ambos nos acompañan para conocer más en detalle las ventajas del uso de las popularmente conocidas como mallas de sombreo, denominadas de forma más precisa como pantallas climáticas.
En un espacio tan sensible dentro de un semillero, como es la zona de prendimiento, El Plantel tiene instaladas pantallas aluminizadas de Ridder con un porcentaje de sombreo superior al 60%. Se mejoran las condiciones de luz y fotosíntesis, adecuándolas a las necesidades de cada momento, ya que las pantallas son móviles y se programan y controlan desde un autómata o controlador de clima. Al sombrear también se reduce la transpiración, evitándose que la planta se deshidrate al perder agua, reduciéndose el estrés hídrico.
Una vez transcurrida poco más de una semana en el área de cooling (controladas las condiciones de luz, temperatura, agua, ventilación, etc), se consiguen porcentajes muy altos de prendimiento y el éxito en los injertos. El siguiente paso será trasladar la planta a las áreas del semillero dedicadas al crecimiento. Una media de quince días, nos comenta David Sánchez, es el tiempo habitual en el que permanecen las plántulas en esta parte del semillero hasta que son retiradas por los agricultores. Aquí también encontramos pantallas climáticas de Ridder, aunque no aluminizadas como las anteriores sino que son plásticas de luz difusa y con porcentajes de sombreo del 55%.
“El gran avance de estas pantallas que son móviles es que te permiten trabajar con la luz que la planta necesita en cada momento, pudiéndose abrir o cerrar las mallas según la conveniencia”, explica Manuel Escudero, director general de El Plantel Semilleros.
“Conseguimos de este modo una planta más compacta y uniforme, gruesa, que no está tierna y que va a soportar mejor el estrés del trasplante”, añade David Sánchez, director de producción de los centros de El Plantel.
Otros sistemas tradicionales son el blanqueo, que no ofrece la versatilidad de las mallas. “El encalado es un sistema fijo que no permite adecuar la luminosidad a las requerimientos que en cada momento tiene la planta, pero las pantallas al ser móviles sí propician más o menos luz, según la demanda de la planta”, subraya Francisco Alonso, director de Ridder en nuestro país.
Durante la visita se despliegan las mallas del área de crecimiento. Al tiempo por las ventanas de mariposa abiertas se expulsa aire caliente, en un ejercicio de ventilación interna. A los pocos minutos con las pantallas climáticas extendidas podemos comprobar in situ un descenso en la temperatura en la zona del semillero en la que nos encontramos.
Llegados a este punto la pregunta obligada es saber si estos sistemas pasivos de refrigeración son extrapolables a un invernadero tipo Almería. La respuesta es que sí, según explica Juan Carlos Jiménez de Ridder que nos comenta algunos casos de productores de pimiento que ya los han implementado en fincas de ‘raspa y amagao’. Incluso Jiménez se refiere también al sistema de calefacción pasivo (ahorro energético) que propician estas pantallas climáticas cuando se emplean no para sombrear, sino para ahorrar energía en los meses de invierno. Pero ese tema merece otro reportaje aparte. Así que esperaremos a la próxima campaña para abordar el manejo de las pantallas climáticas en días nublados como solución para mejorar el aprovechamiento de luz. Lo conoceremos en la finca de algún agricultor.