Antaño el cultivo tradicional de higueras, en la mayor zona productora del país como Extremadura, se ceñía al secano y al higo seco; pero desde hace pocos años a esta parte su renacida demanda ha transformado el perfil pasando a regadío para consumo tanto en seco como en fresco.
En la actualidad, según me explica Margarita López, investigadora del Instituto la Orden, dentro del Centro de Investigaciones Científico y Tecnológico de Extremadura (CICYTEX), en la paleta de los cultivos alternativos y emergentes el higo es el que más interés ha despertado entre los productores. No en vano, los grandes fruticultores de Extremadura están introduciendo no menos de una treintena de nuevas hectáreas por campaña. Una demanda y crecimiento que también se reproduce en Andalucía y en la franja del Levante español.
“El interés es máximo, tanto de grandes empresas como de cooperativas, los productores están diversificando a través de este cultivo, ya sea para producción ecológica como integrada”, corrobora Margarita López.
Pero antes de avanzar, algunas cifras para radiografiar este emergente sector.
El sector en cifras
La superficie de cultivo de la higuera en todo el mundo supera las 350.000 hectáreas, con una producción de más de 1,1 Tm y un valor en torno a los 700 millones de euros. Turquía es el mayor productor a nivel mundial copando el 24% de la producción; sin embargo, buena parte de sus ventas están orientadas a mercados orientales, lo que deja una ventana abierta a los productores españoles.
A nivel europeo España es el primer productor con una cuota del 30% continental, con más de 21.000 hectáreas de higueras. Extremadura ocupa la primera posición como productor a nivel nacional con más de 12.000 ha de cultivo, le siguen Baleares con 2.981 ha y Andalucía en tercer lugar con 2.181 ha, según datos obtenidos del último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Búsqueda de la rentabilidad
El caso extremeño es paradigmático de este auge en toda España. Los bajos precios de la fruticultura, en el umbral de la rentabilidad, son los que están impulsando la apuesta del higo como alternativa a ciruelo, melocotón o nectarina, al tiempo que es una oportunidad para diversificar cultivos.
Pero todo ello no sería posible sin el aumento de la demanda, principalmente del mercado foráneo, aunque también importantes enseñas de la distribución española empiezan a introducir en sus lineales esta fruta tradicional, que renace por sus propiedades organolépticas y saludables para el consumidor lo que se traduce en demanda y precio de cara al productor.
Alimento saludable
La revolución del higo viene impulsada por el imperio de nuevos alimentos saludables que reclaman los consumidores. Tanto el higo fresco como en seco son altamente nutritivos y destacan por su alto contenido en fibra, potasio, proteínas, minerales y vitaminas. Contienen gran cantidad de omega 3 y 6, que unido al potasio son beneficiosos para enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, debido a su alto contenido en vitaminas, antioxidantes y minerales el higo es un fruto que combate la acción de los radicales libres y esto conlleva prevención del cáncer.
“Las propiedades y características del higo son extensas y amplias. Desde la antigua Grecia tanto el higo como la higuera tienen un valor importantísimo, tanto a nivel agronómico como gastronómico, en el Mediterráneo y se ha extendido a todas las partes del mundo”, comenta Claudia Casadomet, investigadora que actualmente trabaja como técnica en el vivero extremeño de Nogalnature.
Nogalnature
Este vivero, asentado en Alange (Badajoz), es un ejemplo en la cría de plantones de higuera para responder a la actual demanda. “Los productores de higo llegan a nuestras instalaciones buscando plantas con una alta calidad tanto fisiológica como fitosanitaria. Atendemos tanto a productores que nos demandan variedades para comercializar el higo para consumo en fresco, como productores que nos solicitan variedades para comercializar el higo en seco”, explica Claudia Casadomet.
“Hay una alta demanda de variedades bíferas (higuera que produce brevas e higos), ya que tienen dos recolecciones; y brevas, como por ejemplo de la variedad Dalmatie que son muy apreciadas en Europa”, añade Claudia, “además hemos incorporado una amplia gama de variedades provenientes del Centro de Investigaciones Científico y Tecnológico de Extremadura (CICYTEX), las variedades que son más reclamadas tanto por producción como por calidad de fruto”.
Investigación en el CICYTEX
Precisamente este centro investigador extremeño está a la vanguardia en el estudio de este cultivar con un banco de germoplasma con más de 300 variedades y un centro de examen de variedades comerciales.
Desde 2010 llevan realizando una ardua evaluación de variedades de dicho banco de germoplasma, viendo la luz desde entonces más de media docena de nuevas variedades, tanto verdes como negras.
“Actualmente estamos en fase de registro de una variedad de un centro de investigación israelí, otra de EEUU y varias españolas”, describe la responsable de proyectos de investigación del CICYTEX, Margarita López.
¿Qué parámetros son los más valorados en un fruto de higo?, pregunto.
“Un buen calibre, superior a 40-45 gramos; que sea firme, para mejorar su vida poscosecha; y dulce”, responde Margarita.
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Ana Rubio