Los agricultores del Delta del Llobregat de Viladecans y Gavà critican que se priorice la planta de abonos en el Parque Agrario, a las mejoras para evitar las inundaciones de los campos
Reivindican su trascendencia estratégica como centro de producción de alimentos frescos de proximidad en el área de Barcelona
Piden ser considerados Polígono Agrícola y revitalizar esta importante zona de producción
La cooperativa de Viladecans y la Agropecuaria de Gavà se muestran indignadas por el hecho que se anteponga la construcción del nuevo Centro de Producción de Biofertilizantes y Abonos (CEBA), a las mejoras largamente reivindicadas por los agricultores orientadas a evitar las reiteradas inundaciones que sufre el Delta del Llobregat y que anegan los campos de cultivo. «Estamos conformes en que se haga este centro, pero primero deben mejorarse los sistemas de drenaje y bombeo de agua en el mar del Delta del Llobregat», reivindican desde ambos colectivos de agricultores que suponen el 40% del total del Parque Agrario del Baix Llobregat, principales zonas proveedoras de hortalizas frescas en el área metropolitana de Barcelona. Por ello, piden ser considerados Polígono Agrícola y revitalizar las áreas de cultivo.
El CEBA, proyecto constructivo a cargo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), supondrá una inversión de 53 millones de euros y está previsto que esta planta, que se ubicará en Viladecans, entre en funcionamiento en el año 2023. Ante esto, los agricultores recuerdan que las mejoras en mantenimiento y modernización de las infraestructuras de drenaje del Delta del Baix Llobregat no superan los 3 millones de euros. Los productores puntualizan que «se trata de una inversión muy moderada que, en cambio, acabaría con los graves problemas de inundaciones y pérdidas de cosechas que sufrimos de manera especialmente agravada desde el año 2018″. Los agricultores reclaman una vez más el compromiso de las administraciones públicas implicadas, especialmente la Agencia Catalana del Agua (ACA) para que aceleren las mejoras.
Gavà y Viladecans, con una cincuentena de explotaciones, suman una extensión de cultivos e invernaderos de 1.000 hectáreas. Esta superficie supone un tercio del total del Parque Agrario del Baix Llobregat, el espacio agrícola más importante del área metropolitana de Barcelona. Por ello, los colectivos de agricultores afectados reivindican su trascendencia estratégica en el consumo alimentario de proximidad. Estas tierras son ricas en la producción de hortalizas como calçots, tomates, judías, apios, pepinos, perejiles, zanahorias, espinacas y acelgas, entre otros.
Con todo, los agricultores ven como la diversidad del producto que se cultiva se va reduciendo cada vez más. El presidente de la Agropecuaria de Gavà, Josep Pañella, recuerda que estas tierras «habían sido especialmente productivas y plantábamos zanahorias, puerros, espárragos, sandías, cebollas, acelgas, patatas… Ahora los cultivos han cambiado y se han limitado las plantaciones. Hacemos todo calçots, calabazas y ajos tiernos». Entre las causas de la reducción de las plantaciones están las inundaciones de las tierras y las pérdidas de cosechas.
Dejadez de las administraciones y agricultores «al límite»
La Cooperativa de Viladecans y la Agropecuaria de Gavà coinciden en incidir en «el abandono que sufrimos por parte de las administraciones: Generalitat, ACA, AMB, Diputación de Barcelona, Ayuntamientos y Parque Agrario del Baix Llobregat». «La una por la otra están provocando el progresivo empobrecimiento de estas tierras. Los agricultores estamos al límite«, aseguran.
Los puntos críticos del Delta del Llobregat se sitúan en el estanque de la Murtra, la riera de Canyars, el arroyo de San Clemente y los espigones de salida al mar del Remolà. Aquí se encuentran las principales infraestructuras para desaguar en el mar toda el agua que de la comarca. Estos mecanismos no han sido revisados, ni reparados en 30 años. Taludes dañados, compuertas estropeadas y mecanismos insuficientes para bombear al mar (tornillo de Arquímedes) es la imagen actual del Delta del Llobregat que no soporta lluvias superiores a 50 litros por m2 sin que las tierras cultivo queden anegadas durante días. Mejoras que según los informes de los agricultores y la misma ACA no superan los 3 millones de euros.
Ana Rubio