¿Es necesaria la cantidad de nitrógeno, en forma de nitratos, que se emplea hasta ahora en la agricultura para sacar adelante los cultivos? La respuesta es que no, según las conclusiones del seminario online celebrado ayer tarde por la empresa almeriense Ecoculture. Su gerente Ángel Ruiz explicaba que se pueden reducir los nitratos aportados más de un 30% sin mermar la producción, incluso elevándola.
Cuestión de plena actualidad, más si cabe después de que el pasado jueves 5 de noviembre se publicase en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la nueva normativa que limita su uso, según el cultivo. Se trata de una Orden por la que se aprueba el programa de actuación aplicable en las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias.
Por ejemplo, y dado que el webinar de ayer se dirigía principalmente a los productores de berries de Huelva – aunque los conceptos se pueden extrapolar a hortícolas, cítricos o frutales – en el caso del fresón y la fresa no puede superarse la cantidad de 4 UFN por tonelada de producción esperada. En fondo o sementera no aplicar más del 30% del total del nitrógeno que se prevé utilizar en el cultivo.
Ángel Ruiz expuso como solución el uso de la tecnología NHDelta que se lleva introduciendo en las últimas campañas en la provincia de Huelva, arrojando como resultado una bajada de más del 30% de los nitratos, como se mencionaba anteriormente. En cuanto a la producción en fresa se ha pasado con NHDelta de 1,2 kilos por planta a 1,5 kg/planta.
Problemática asociada al exceso de nitratos en berries
Contaminación de suelos y de aguas superficiales y subterráneas, altos consumos de agua y fertilizantes, acumulación de nitratos en los frutos, mal aprovechamiento del suelo (bajos rendimientos), agotamiento de los suelos a consecuencia del alto consumo de fertilizantes en base a nitratos, plantas más expuestas a ataques de hongos y bacterias, crecimientos apicales que restan potencial productivo, altos consumos energéticos por parte de la planta, menor calidad en la producción, menor período de vida útil de los frutos cortados y problemas de salinidad asociados al exceso de nitratos y la presencia de otras sales.
Ante este escenario Ecoculture propone su gama NHDelta, una herramienta que favorece el crecimiento generativo de la planta, bien la solución calcio (NHDelta Ca), bien potasio (NHDelta K) o como novedad NHDeta Fe, que mejora la absorción de hierro por parte de las plantas.
Los productos NHDelta usan una forma especial de nitrógeno estabilizado (NH2 o amida). La forma NH2 puede bajar vía floema y actuar vía radicular. La especial formulación NHDelta bloquea la amida impidiendo la oxidación en el suelo, causada por las bacterias. Esto mejora el crecimiento de las plantas reduciendo el impacto en el medio ambiente manteniendo mayores tasas de nitrógeno fuera del sistema aire-agua.
El nitrógeno amidico es tomado por las raíces a través de procesos de intercambio iónico induciendo crecimiento lateral (mayor tasa de citoquininas) en la planta.
Ángel Ruiz explicaba así la respuesta de la planta a distintos tipos de nitrógeno: “Con fertilizantes nítricos estándar hay dominancia apical, entrenudos largos, desarrollo radicular pobre, menos brotes y menos flores/frutos; mientras que con el fertilizante NHDelta la dominancia es lateral induciendo un hábito de crecimiento más natural que conlleva entrenudos más cortos, mejor desarrollo radicular, más brotes y más flores/frutos”.
Ejemplo de fertilización con NHDelta
Considerando que se va a limitar el uso a 4 UFN/ha para tonelada de producción esperada y teniendo en cuenta que una producción media de fresa se puede estimar en aproximadamente 50.000 kilos por hectárea, entonces la restricción de uso de nitrógeno será de 200 UFN/ha.
Con la línea NHDelta se reduce el uso de nitrógeno entre un 25% y un 50% mejorando la calidad y la cantidad de la producción, permitiendo así cumplir la limitación de uso de nitrógeno.
“En conclusión, con NHDelta logramos mejorar el uso del nitrógeno”, resumía el gerente de Ecoculture, para a continuación añadir que “conseguimos menos residuos en suelos y aguas subterráneas, una mejor respuesta de la planta (mayor cosecha), una mejora en la función radicular (disminución de aplicaciones de otros micronutrientes) y plantas más resistentes frente a los efectos del estrés abiótico”.
Ana Rubio