Tal día como hoy hace un año la ciudad de Almería vivía una manifestación histórica en la que congregaba por sus calles a más de 20.000 personas reivindicando precios justos para el campo (pinchar aquí). Aquella imagen la tenemos que enfrentar 12 meses después con lo que estamos viviendo esta semana en las provincias de Almería y Granada con miles de kilos de hortalizas destruidas porque no tienen precio. De las reivindicaciones de aquella gran movilización del 19N de 2019 – que fue la mecha que encendió la llama de las centenares de protestas agrarias posteriores que recorrieron toda España durante el invierno de 2020 – la Administración se ha desentendido. Resultado de ello es que tenemos un campo con los mismos problemas de siempre y que no encuentra el amparo de nadie.
Ayer tarde estuve un rato conversando con Juan Antonio González, agricultor de Vicasol, cooperativa de la que es presidente al igual que de Coexphal, y fue en ese vacío, en esas “promesas incumplidas” en lo que se detuvo varias veces durante la conversación. “Se cumple ahora un año de aquella gran manifestación y nada de nada se ha hecho. La Administración dándole vueltas al tema, pero nada de nada. Estamos igual que siempre, en el mismo sitio y con la misma historia. No se ha hecho nada por parte de las Administraciones para solucionar los problemas”.
Y a partir de ahí Juan Antonio me enumeraba las reivindicaciones que tanto él, como presidente de Coexphal, comparte con las empresas de Ecohal, y con las organizaciones agrarias Asaja, Coag y Upa, todas ellas en unidad de acción frente a esta crisis. Las cinco entidades hacían ayer por la mañana en Las Norias de Daza, en El Ejido (Almería), una destrucción de miles de kilos de pepino, aunque llamaban la atención de que todas las hortalizas están en la UVI, incluyendo calabacín, berenjena, pimiento y tomate. Un día antes la acción de retirada de género se había repetido en el municipio de Almería.
La competencia agresiva en precios de terceros países, la falsificación de etiquetas en su origen, el descontrol en frontera y aduanas y la falta de voluntad de las Administraciones públicas asentadas en un status quo que va marchitando cada campaña un poco más la rentabilidad del sector de frutas y hortalizas.
El presidente de Coexphal volvía a pedir a la Junta de Andalucía que haga público el nombre de la media docena de empresas a las que se les ha abierto expediente sancionador por reetiquetar producto de Marruecos como si fuese de origen almeriense. “Esta práctica fraudulenta no la podemos permitir; por eso, queremos conocer el nombre de esas empresas porque si alguna de ellas pertenece a Coexphal, la expulsaremos inmediatamente”, afirmaba González Real.
Datos sobre Marruecos que no se aportan
Por su parte, Andrés Góngora, secretario de Coag en Almería, recordaba ayer que ya el año pasado Marruecos introdujo en el mercado comunitario 450.000 toneladas frente a las 320.000 tn que tiene autorizadas según el actual acuerdo de asociación entre la Unión Europea y este país norteafricano. Por este motivo Góngora subrayaba que “llevamos 2 años esperando que el Ministerio nos facilite la información sobre las tasas arancelarias que tiene que pagar Marruecos cuando supera el contingente, pero el ministro nos dice que no sabe porque en realidad no se paga nada”.
Volúmenes que exceden los cupos permitidos y aranceles correspondientes sobre los que el sector no tiene conocimiento, pese a que tanto las organizaciones agrarias como las cooperativas almerienses llevan años solicitando información sobre dichos aranceles invisibles. Pero además hay que añadir que los kilos que están dentro del acuerdo de asociación no respetan los precios mínimos de entrada, lo que distorsiona los precios de las hortalizas españolas empujándolas a la baja.
“El precio mínimo de entrada del tomate marroquí se sigue incumpliendo, tenemos ahora en Perpiñán tomate de Marruecos a 40 céntimos, cuando el precio mínimo es de 46 céntimos”, lamentaba Andrés Góngora.
Ese tomate del vecino del sur que entra en Europa a un precio inferior al establecido en el acuerdo comercial entre Rabat y Bruselas distorsiona la oferta del mercado, coincidiendo la caída de precios en nuestro país estas semanas atrás con la entrada masiva de producto del otro lado del Mediterráneo, no solo tomate, sino calabacín, judía y otras referencias.
“No hay control en la frontera ni de cupos, ni de precios, ni de calendarios”, explicaba el presidente de Coexphal.
“Y tampoco hay control fitosanitario en frontera”, añadía el responsable de la Coag, “con lo cual los supermercados hacen su agosto con precios de risa y con liquidaciones ruinosas para los agricultores. El ministro Planas no nos tiene que hablar de la PAC en frutas y hortalizas, que es de lo único que habla; sino que nos tiene que hablar de qué está haciendo por defender nuestros intereses como agricultores españoles y de pleno derecho en la UE en cuestiones decisivas y lesivas como la de los terceros países”.
Andrés Góngora señalaba también que pese a las imágenes descorazonadoras que supone ver tirar al suelo miles de kilos de verduras sin precio, “ya han sido atendidos todos los comedores sociales y entidades benéficas. Se tira porque no se sabe adonde llevar”.
Pierden los agricultores y también las empresas
El representante de Ecohal, Alfonso Zamora, reiteró en nombre de las alhóndigas y el resto de empresas que integran Ecohal su apoyo a los agricultores ante la actual crisis de precios; pero apuntó también que no solo pierden los productores sino también las propias empresas comercializadoras.
“Esto es un grito de socorro de todo el sector”, dijo, “estamos haciendo una retirada en esta primera fase de entorno a un 10%, pero es posible que tengamos que ampliar ese porcentaje. Las empresas estamos sufriendo venta a pérdidas, por ejemplo, de cada kilo que se vende estamos perdiendo entre 11 y 12 céntimos. Es una situación muy complicada y tenemos que facilitar desde las organizaciones convocantes que el sector pueda hacer esa destrucción, esa retirada en las mejores condiciones posibles”.
Por su parte desde la UPA y desde Asaja reiteraron que “la situación se repite año tras año sin solución”. Francisca Iglesias, secretaria de la Unión de Pequeños Agricultores en Almería, pidió un fondo de retiradas de género, independiente de los fondos operativos; mientras que el nuevo presidente de Asaja, Antonio Navarro, insistió en que “las Administraciones no pueden mirar para otro lado cuando hablamos de la competencia que nos hacen otros terceros países y que nos provocan los precios penosos que sufrimos”.
NOTICIAS sobre el 19 de noviembre de 2019:
https://agroautentico.com/2019/11/19/agriculturaenextincion19n-paro-agrario-almeria/
https://agroautentico.com/2019/11/20/20-000-manifestantes-agricultores-19n-almeria/
Ana Rubio