Almería es la capital del tomate fresco en España. Su homónima en industria es Badajoz, aunque hay también otras zonas productoras como Sevilla – la que más crece -, Toledo y el valle del Ebro e incluso la vecina Portugal. Esta semana Ana y yo hemos asistido a la feria más importante del sector en la Península Ibérica, Agroexpo 2017, que se celebra anualmente en Don Benito (Badajoz, Extremadura). Nos ha servido para acercarnos al palpitar de otros productores y a la forma de sentir y vivir el mundo agrario de otras zonas del país. El pasado año ya hicimos una breve prospección en la feria, pero en esta edición la visita ha sido más prolongada, como habréis apreciado en las noticias que estamos publicando en la parte del periódico de esta web.
En las conversaciones sobre el sector del tomate de industria los interlocutores te suelen aportar muchas cifras sobre productividades (superiores en Andalucía respecto a Extremadura y Portugal), costes (ejemplo: un productor de 200-250 ha. necesitaría una inversión en maquinaria de un millón de euros) y márgenes de rentabilidad. Matemáticas que no siempre coinciden, según quien sea la fuente hay matices y diferencias; pero esos números sí pueden vislumbrar una tendencia interesante de analizar en su conjunto. Por lo que se ha comentado en la feria, la industria – que es quien en realidad marcaría los precios – los empuja a la baja. Un discurso que por otra parte nos es bien conocido cuando se trata del tomate en fresco y de la distribución como actor dominante. El eslabón del productor es también el más débil en el segmento del tomate de industria. Nada que nos sorprenda, ¿verdad?
En Agroexpo se ha hablado de un precio al productor que iría entre los 69/72 euros por tonelada y que habría bajado en torno a los dos euros de la anterior campaña a la de este año. La horquilla de rentabilidad es estrecha, por lo cual el valor añadido está en los grados brix. Cuanto más se obtengan, más fácil es elevar los precios. El tomate con más grados se paga mejor. De ahí que las nuevas variedades se centren en este atributo.
Los precios, mono-tema
Los precios, como bien os podéis imaginar, es un asunto redundante en una feria agrícola, sea del sector que sea. Por ejemplo, el maíz lleva cuatro años de bajos precios y algunos productores intentan mirar al tomate de industria, pero tampoco en este caso las cotizaciones animan a la transición. El maíz en realidad vive de la PAC, es la que mantiene a los productores, sin ella los márgenes son simbólicos e inasumibles para la mayoría.
Según comentan, el arroz está en una situación similar. En la feria pudimos conocer a productores de arroz que describían un panorama nada halagüeño. De ahí que se busquen cultivos alternativos, pero las posibilidades no son muchas. Frutales (melocotón, nectarina o ciruela), pistacho o incluso nogal (nos reservamos para los próximos días un artículo sobre un nuevo vivero de nogales abierto en la provincia de Badajoz).