La frase se la he cogido a Ana Molina Jiménez, investigadora de Coexphal, de su interesantísima charla sobre la salud en los alimentos, que impartió en el marco de unas jornadas técnicas celebradas por Cajamar en la Casa de las Mariposas (Almería, España). Es puro marketing lo que defiende Ana (en la imagen, en la Puerta Purchena de la capital almeriense), ya que el exportador español, ya sea almeriense, murciano, granadino, alicantino o de cualquier otra zona tiene que tomar conciencia de que su mayor herramienta diferenciadora ha de ser la calidad de sus frutas y hortalizas. Y esa calidad, ese valor añadido, se mide en términos de salud para los consumidores. Quizá sea la única vía para competir con esos otros países de bajos salarios.
Cuando ingerimos un tomate estamos asimilando licopeno y vitamina C, entre otras propiedades; cuando degustamos un pimiento verde, luteína y muchísima vitamina C (131 miligramos por cada 100 gramos de pimiento); la sandía también es riquísima en licopeno (antioxidante, previene de cataratas y reduce el colesterol); en la berenjena se estudian sus posibles características anticancerígenas; en el calabacín sobresalen sus mínimas kilocalorías; o en el melón cantaloup, su alto contenido en Beta-carotenos, es decir, provitamina A. Y esto solo de un modo simplificado porque enumerar las propiedades en detalle de cada una de las frutas y hortalizas del campo español llevaría muchas horas de lectura.
Ahora bien, una manera de poner en valor todas estas virtudes de los alimentos frescos pasa por su etiquetado o bien por su certificación. Llegar a un “etiquetado nutricional” como hacen otros países más allá de los Pirineos. Si hoy día los alimentos procesados de la agroindustria están atiborrados de conceptos como nutracéutico o funcional, el sector productor de la materia prima debe seguir esos pasos para elevar el consumo en fresco. Llama mucho la atención que la publicidad de un zumo de piña destaque en su etiqueta su contenido en vitamina C, cuando su proporción es infinitamente menor a la que contiene un pimiento. O que la publicidad de la mantequilla venda propiedades que la sandía tiene en un porcentaje mucho mayor. Así que está bien sacada la frase “exportar salud, no solo kilos”.
Exporting health, not only kilos
This phrase was said by Ana Molina Jimenez, researcher of Coexphal, at her interesting talk about food health, who taught in the context of a technical conference held by Cajamar in the Casa de las Mariposas (Almeria, Spain). What Ana defends is pure marketing (in the picture, at the Puerta Purchena of the capital, Almeria), since the Spanish exporter either from Almeria, Murcia, Granada, Alicante or any other area has to realize that the most differentiating tool must be the quality of their fruits and vegetables. And that quality, this added value, is measured in health terms for consumers. It may be the only way to compete with those other low-wage countries.
When we eat a tomato we are assimilating lycopene and vitamin C, among other properties; when we taste a green pepper, lutein and lots of vitamin C (131 milligrams per 100 grams of pepper); watermelon is also rich in lycopene (antioxidant, it prevents cataract and reduces cholesterol); in eggplant they study potential anticancer properties; zucchini have a minimum quantity of kilocalories; or the cantaloupe melon, with high content of beta-carotene, namely provitamin A. And this is only in a simplified way because enumerating in detail the properties of each fruit and vegetable of the Spanish field would take many hours of reading.
Now, a way to value all these virtues of fresh food passes by its labelling or its certification. Reaching a “nutritional labelling” as other countries beyond the Pyrenees make. If nowadays processed foods are crammed of concepts like nutraceutical or functional, the producing sector of raw material must follow these steps to increase the consumption of fresh product. It is striking that the advertising of a pineapple juice stand on its label its vitamin C content when it contains is infinitely less than a pepper. Or that butter advertising sells properties that watermelon has in a much higher percentage. So the phrase “exporting health, not only kilos” is well taken.
exportar salud ,no kilos, buen lema para una campaña del ministerio de agricultura y comercio y sextor finaciero, me gusta eso seria una solucion para la agriculura de españa, y ofertar calidad en salud y competir con otros paises.mis felicitaciones a Ana Molina y ati Jose Antonio.
Un abrazo familia y enhorabuena .
Buen slogan. La calidad nuestro sello de garantía.
Almería un foco de luz en la salud alimenticia.
Cuídense y sean felices.
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