2025 en lo agrícola pasará a ser el año en el que la política dijo no quiero a la agricultura. Por un solo voto el Parlamento Europeo dijo sí a lo que Marruecos quiera, cediendo a la presión del lobby marroquí y abriendo un futuro de desprotección a los agricultores españoles y del resto de la UE. Porque la Comisión Europea redacta, el Consejo Europeo de Ministros avala y el Parlamento Europeo, que recoge la soberanía del pueblo, ratifica y vota a favor. Descaradamente las instituciones europeas dan la espalda al sector primario.
Solo así se entienden las manifestaciones históricas y multitudinarias vividas este mes de diciembre en Bruselas. Apertura a terceros países, Mercosur y un nuevo acuerdo con Marruecos sin trazabilidad ni reglas de juego, y una PAC con herida de muerte. Por primera vez en la historia las organizaciones agrarias de los 27 países miembros han ido juntas y de la mano a la capital europea a exigir la defensa del campo europeo porque “no está a la venta”. Por supuesto en las televisiones generalistas estas protestas de diciembre invisibilizadas.
Pero en el año 2025 quizá lo que más duele al agricultor español es la reciente votación en el Parlamento Europeo que permite a Marruecos saltarse la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia (TJUE) que le prohíbe la venta de frutas y hortalizas saharauis. Hubiese bastado con que los europarlamentarios españoles hubiesen votado a favor de la sentencia; pero no, hubo eurodiputados españoles que se salieron del hemiciclo minutos antes para no verse retratados, otros se abstuvieron e incluso votaron a favor de que Marruecos pueda etiquetar como suyas las producciones del Sahara. No hace falta ser muy perspicaz para saber el color político de los europarlamentarios españoles que votaron a favor de Rabat y en contra del campo español.
Por un solo voto nos vendieron. No hubo monedas de plata.






