
España es un país que tropieza una y otra vez en la misma piedra. Cuando aún recordamos los efectos de la burbuja del ladrillo, que convirtió a nuestro país en el Estado europeo que construyó y promovió más viviendas por metro cuadrado, ahora la burbuja ha pasado del ladrillo a las placas solares.
Sobre esta situación alerta la Fundación Ingenio, a través de SOS Rural. Estamos asistiendo, según esta asociación que defiende la España rural, al desmantelamiento de centenares de hectáreas de cultivo que están siendo sustituidas por paneles fotovoltaicos.
Tierras fértiles que están cambiando su uso para dejar de producir alimentos. Y es que al hablar de energías renovables el ciudadano urbanita cree erróneamente que lo sostenible es arrancar un olivar centenario para poner un huerto solar. Así que SOS Rural promueve en este momento una Ley que defienda las tierras de cultivo de la posible acción especuladora de fondos de inversión y grandes corporaciones.