Este verano, aprovechando Bruselas la fecha vacacional, ya se anunció el recorte de la nueva PAC. Estamos hablando de un presupuesto recortado en un 20%. La agricultura pierde peso en la política europea, un peso que gana la defensa. La alimentación pasa a segundo plano.
En el particular de la provincia de Almería ya se han hecho los números de cuánto supondría dicho recorte, si se lleva a la práctica. Serían 60 millones de euros menos al año. Significa esto que los fondos operativos se quedarían tirititando. Son esos fondos los que emplean las OPFH’s para que los agricultores inviertan en mejoras de modernización en sus invernaderos. Así que el agricultor que quiera mejorar en su finca, por ejemplo en tecnología, lo tendrá más difícil, salvo que lo pague de su bolsillo.
Ese dinero de Bruselas que llegará en una hucha mucho más pequeña afectará también a las ayudas de relevo generacional. Los jóvenes que quieran acceder al campo lo tendrán más complicado. Habrá menos dinero para incentivarlos. Entrar en la agricultura para los jóvenes será una aventura de mayor riesgo.






