Manuel Planells, ingeniero de telecomunicaciones y aficionado a la espeleología, por razones de tiempo cambió esta última por el cultivo de calabazas gigantes. Recibimos un email donde nos decía que tenía esta peculiar afición, cuando José Antonio y yo vimos las fotos que nos envió los ojos se nos quedaron como platos, pero cuando vimos que esas gigantescas calabazas estaban cultivadas en Almería nos pusimos en contacto con Manuel.
No todos los días puedes ver tan enorme cucurbitácea, familia a la que pertenecen las calabazas. Llegamos a tiempo, pues era el momento de su recolección. Nos cuenta Manuel con gran entusiasmo que éste no es su primer año, sino que durante los tres anteriores lo ha estado intentando sin éxito. Pero por fin vio el fruto a su constancia y empeño, la diferencia ha estado en que el año pasado hizo su pequeño “chiringuito de tela” –así lo nombra- para conseguir esas enormes calabazas. Pues las veces que lo intentó al aire libre, entre el viento, clima y virus no hubo manera.
Manuel es muy minucioso en su hobby, dedica unas cuantas horas en buscar información para la adecuada fertilización, temperatura, riego, química e incluso fisiología vegetal, y en su bloc de notas apunta todo con preciso detalle. Prácticamente ha sido autodidacta porque aunque curiosamente vivimos en tierra de agricultura, hay cierto desconocimiento acerca de las calabazas gigantes, así en cada consulta que hacía obtenía la misma respuesta “Manuel, este cultivo no lo conocemos”. Supongo que esto ha hecho que le lleve más tiempo, pero con tesón Manuel en gigantes se ha hecho un erudito. Un libro abierto de conocimiento.
Nos cuenta Manuel que en Alemania, Bélgica y Holanda hay gran afición, ligada principalmente a la climatología, pero por ese mismo motivo es difícil coincidir en los concursos europeos, siendo por excelencia el de Luisburgo. En EEUU las tienen en el jardín hasta de 600kg. En España, tenemos un concurso de calabazas en Laujar, y los más importantes se celebran en Valtierra (Navarra) en septiembre/octubre y el de San Feliu de Codines (Barcelona) en noviembre. Este año Manuel no ha podido presentarse, pues contra todo pronóstico sembró el 18 de agosto siendo ahora la fecha de recolección. Sus calabazas tienen un peso de 435kg una y 390kg otra; si tenemos en cuenta que la calabaza ganadora de este año, en el concurso de Valtierra, pesó 366,6 kilos, podemos decir que la calabaza más pesada de España, aunque no homologada, se encuentra en Almería.
Conseguir el peso de estas calabazas ha tenido su mérito. En primer lugar por la naturaleza del suelo, salinizado y pobre en materia orgánica, consiguiendo enriquecerlo; en segundo lugar porque las sembró en estos 100m2 ( 50m2 por cada planta y un solo fruto) al final de verano, por tanto falta de luz, cuando lo normal es sembrar en febrero, donde los primeros 50 días tiene lugar el crecimiento vegetativo, quedando los siguientes 98 días para el engorde del fruto, siendo su recolecta finales de junio principios de julio y en tercer lugar: ni un solo tratamiento insecticida. También hay que decir que Manuel está muy concienciado con el medio ambiente, por eso mismo abona de forma natural la tierra con el cultivo de cebada, produce compost natural con los desechos orgánicos de su hogar y realiza el purín de ortigas para el crecimiento vegetativo y preventivo de algunas enfermedades.
Semillas con pedigrí
Como dato curioso, las semillas digamos que tienen “pedigrí”, son semillas de madre a hijos con las que hace cruces pero manteniendo el “pedigrí”. Se pueden comprar, llegando a valer una semilla específica hasta 500€, aunque lo normal es que las asociaciones las reparten entre sus socios. Además la polinización la hacen a mano, y en aquellos lugares que se cultivan al aire libre atan la flor, la polinizan y la vuelven a atar.
Manuel pertenece a la asociación española GIGANTEAS, creada este año pasado, no sólo es de calabazas gigantes sino de todo tipo de hortalizas e incluso sandías, este año pasado ganó una sandía con 165kg. El lunes o incluso martes es probable que haya recolectado estas dos calabazas gigantes que aparecen en las imágenes, nosotros lo visitamos el domingo, en la víspera de la recolección. El destino de estos descomunales frutos será Caritas, así lo ha decidido, pero antes extraerá las semillas de sus magníficas calabazas, algunas las repartirá entre amigos y familia, mientras que las otras se las donará a la asociación.
También es posible que se expongan en los próximos días en el Carrefour, aunque no se puede confirmar.
Manuel opina que la calabaza es un producto que se puede incorporar a la pizarra agrícola almeriense. Él ha demostrado que su cultivo es posible, ¿quién se anima?
Hola, yo recuerdo un año que repartieron unas semillas para un concurso de calabazas gigantes aquí en El Ejido. Yo puse algunas, pero no recuerdo porque no fuí al concurso. En eso de que muchas veces no tienes respuesta a lo que preguntas y te tienes que buscar la vida, entiendo a Manuel y me hace gracia que diga que hace su propio compost, seguramente cuando preguntaba a algún técnico le decía lo mismo, que si tanto potásico, que si tanto nítrico, fosfórico, etc. Y Manuel fué capaz de ver más allá y alimentar primero el suelo ( o me equivoco?)
Buenas Jesús, quien mejor te puede responder es Manuel, pero recuerdo que una de las desventajas, entre otras, es el suelo; el cual, si no recuerdo mal consiguió de 0,8% materia orgánica a que alcanzase un 6% de esta.
Escribo ahora desde el ordenador porque mi móvil parece que es alérgico a tu periódico digital y no veas lo que me cuesta publicar, tras tener que escribir por tres veces desisto y escribo desde aquí. Sólo para decir que una de aquellas calabazas que cultivé se puede ver en la última foto del power point sobre autogestión de los restos en invernadero que hice hace tiempo, y sí yo también «la crié» con compost.
Muy buenas. Magnifico post. Mi padre también cultiva hortalizas gigantes pero no llega a las de Manuel. Espectacular. Habría alguna forma de contactar con Manuel para saber si puede venderme alguna semilla? Me gustaría regalársela a mi padre para que la cultivara. Un saludo