Hace unos pocos años Canarias exportaba a Europa millones de kilos de tomate. Era un sector económico, complementario a su turismo. Hoy día, los canarios solo pueden agarrarse a su oferta de sol y playa para combatir la crisis (amén de su plátano, claro está). El tomate ya no es sinónimo de estas islas. Las cooperativas y las asociaciones de agricultores señalan al acuerdo de la Unión Europea con Marruecos, el famoso “acuerdo del tomate”, como el causante de este desastre. De todas formas, sus políticos no se han rasgado las vestiduras en este asunto. A la Península no ha llegado ninguna protesta. A Bruselas… ni hablamos. Parece que los políticos insulares están más preocupados por otras cosas.
A few years ago, the Canaries exported to Europe million kilos of tomatoes. It was an economic sector, complementary to its tourism. Today, people from the Canaries can only catch at their offer of sun and sand to fight the crisis. Tomato is no longer synonymous with these islands. Cooperatives and farmers associations point to the EU agreement with Morocco, the famous “tomato agreement” as the cause of this disaster. Anyway, their politicians did not got indignant in this matter. The Peninsula has not received any protest. Let alone Brussels… It seems that insular politicians are more concerned about other things.
Francisco García (en la fotografía en una tomatera tinerfeña) es un ingeniero agrónomo que trabaja en la isla de Tenerife en una pequeña cooperativa que lucha por sobrevivir, Río Sur, a la competencia marroquí. Esta empresa posee 60 hectáreas, en las que se combina el cultivo al aire libre con la malla y el ‘raspa y amagado’. Produce tomate, pimiento, pepino, berenjena, sandía, repollo, plátano, piña, papaya y calabaza. De su casa a la finca, Francisco se encuentra cada mañana “con mucha explotación abandonada, y otra ya muy vieja, en la que los dueños no tienen dinero para reformas”. “El 90% de las cooperativas están cerradas, igual ocurre con los invernaderos”, añade desconsolado.
Francisco Garcia (in the picture, in a tomato plan from Tenerife) is an agricultural engineer who works on the Tenerife island in a small cooperative, Río Sur, that struggles to survive to Moroccan competition. This company has 60 hectares, which combines outdoor cultivation with greenhouses. It produces tomato, pepper, cucumber, eggplant (aubergine), watermelon, cabbage, banana, pineapple, papaya and pumpkin. From his house to the farm, Francisco finds each morning “a lot of abandoned cultivation, and another already very old, whose owners have no money for reforms.” “The 90% of cooperatives are closed, so are greenhouses,” he adds heartbroken.
Queda en pie Río Sur, pero también Bonnysa. Esta última está dirigida por Jorge Brotons, presidente de Fepex, y tiene más fuelle y margen de maniobra que otras empresas para resistir al ahogamiento que sufre el tomate español por la competencia de terceros países. A diferencia de los políticos canarios, desde Fepex estos años atrás sí se denunció lo que, por desgracia, está sucediendo en las zonas productoras de tomate, como Canarias. El abandono.
It remains Río Sur, but also Bonnysa. The latter is headed by Jorge Brotons, President of Fepex, and it has more breath and leeway that other companies to resist the “drowning” that Spanish tomato is suffering due to the competition from third countries. Unlike politicians from the Canaries, these last years Fepex did denounce what, unfortunately, is happening in tomato producing areas, like the Canaries. The abandon.
Ahora con dinero de fondos comunitarios se va a subvencionar el flete del barco desde el archipiélago al continente europeo para ayudar a las desmejoradas exportaciones. Lo que sucede es que pocos barcos van a fletar cuando hay poco tomate ya que exportar.
Now, with money from EU funds, it will be subsidized the freight boat from the archipelago to the European mainland to help to the “spoilt” exports. What happens is that few boats go out to freight when there is little tomato to export.