Éste es mi banco preferido, donde reina la soledad, el silencio, la brisa…Un banco en los que las manitas de mi reloj hacen de sus travesuras evitando pasar las horas. Un paisaje espectacular esculpido por el tiempo y presidido por el Cerro de la Virgen de Monteagud, como gigante custodiando la entrada de la Sierra de los Filabres y allí abajo Uleila del Campo.