José Antonio Martínez Expósito lleva toda su vida dedicado a la actividad agraria. Natural de Busquístar, en el corazón de la Alpujarra de Granada, pasó muchos años en la vecina Almería, en la zona de El Ejido. Regresó hace años y continúa hoy día el cultivo de hortícolas al aire libre en su localidad natal. Sin embargo, lamenta las trabas y sanciones que está sufriendo por parte del Parque de Sierra Nevada, al igual que sus vecinos agrícolas, para poder desarrollar sus cultivos, principalmente tomate y calabacín.
El miércoles este agricultor recibía una multa de 3.000 euros por usar malla anti-granizo en sus cultivos. Argumenta la Administración un impacto visual en el entorno; sin embargo, este productor – al igual que otros afectados que llevan varios años recibiendo multas y sanciones por la misma causa – responden que sin dichas mallas anti-granizo perderían sus cultivos y con ellos su medio de vida.
“Me dicen que cuando vea riesgo de nube, ponga la malla, como si fuese algo automático que sobre 28.000 metros cuadrados de cultivo pudiese quitar y poner con facilidad”, esgrime José Antonio Martínez.
Este año ha habido dos importantes granizadas que han afectado a estas fincas. En la primera quincena de mayo y a finales de septiembre. El cultivo al aire libre se ve muy castigado ante este tipo de fenómenos. En las imágenes se observa cómo la última granizada de septiembre ha acabado con una plantación de calabacín. En otra instantánea se aprecian daños en fruto de tomate por el granizo.
Asociación de Agricultores y Propietarios afectados por el Parque
En la comarca existe una asociación de productores afectados por la normativa del Parque de Sierra Nevada. Uno de sus miembros, José Antonio Murcia, explica que ellos son los primeros interesados en defender la sierra “porque estos son nuestros orígenes y el legado de nuestros antepasados; pero si la población de la Alpujarra se queda sin medio de vida, la sierra se queda sin gente, ¿es eso lo que se busca?”.
En la Alpujarra de Granada la agricultura es la principal actividad. “Las mallas anti-granizo son fundamentales para los agricultores, es la única manera de no perder el cultivo, sobre todo porque los seguros no amparan. Jamás olvidaré el año en el que el seguro me dijo que no podía cubrir mis daños, después de haber pagado una póliza de 2.000 euros. Me decía el seguro que podía cubrir daños meteorológicos por un día, pero no por dos días de granizo”, describe José Antonio Murcia.
Reclaman desde esta asociación una solución a su problemática e insisten que la utilización de la malla anti-granizo se circunscribe únicamente a los meses de cultivo, alrededor de seis meses a lo largo del año.
La Asociación de Agricultores y Propietarios afectados por el Parque calcula que en los últimos tiempos se han recibido 65 expedientes, referidos a agricultores sancionados, que afectan a 90 recintos o explotaciones agrarias.