Cuando empecé a pensar sobre la jornada que hemos tenido en la malagueña Antequera, junto con más de doscientas personas, no pude por menos que acudir a Internet y escribir algunas frases que me venían a la cabeza, como los almendros en flor, la nieve de los almendros, y algunas más. Pero recordé una frase que citó uno de los ponentes en la jornada y es el título que le he dejado a este artículo, el sabor de la Marcona. La Marcona es una variedad de almendro de las tradicionales, de las de toda la vida, de las que se hielan con las heladas de principios de primavera, como por desgracia ha sucedido tan a menudo en el cultivo tradicional del almendro. Como decía el ponente, el sabor de la Marcona es una de las mejores almendras en cuanto sabor, pero por desgracia su producción es baja y además como florece a principios de primavera, corre el riesgo de perderse la cosecha por las heladas.
En la jornada se habló de muchos aspectos importantes para el cultivo moderno del almendro, como son las variedades tardías y extratardías, que permiten una floración a salvo de heladas. También se habló de nuevos marcos de plantación para cultivo intensivo y super-intensivo del almendro así como las nuevas variedades que son autocompatibles, es decir, que no necesitan sembrar un polinizador cada tres o cuatro almendros, porque todas las flores se autopolinizan. Lo que no quiere decir que no haga falta un insecto polinizador, porque con las abejas o los abejorros, el cuajado del fruto es mucho mejor y la producción mejora.
Como resumen de la jornada, puedo decir que en opinión de los ponentes, el almendro aparece actualmente como un cultivo interesante desde el punto de vista económico para el agricultor porque la demanda sigue siendo superior a la oferta y esto parece que seguirá siendo así a medio plazo por lo que de la reunión de Antequera salió mucha gente con la intención de empezar un cultivo de almendro o de continuar con él. Eso sí, la opinión generalizada de la jornada es que el almendro marginal o cultivado en terrenos marginales, no merece la pena porque solo ocasiona gastos y en definitiva pérdidas al agricultor.
José Manuel Guerra Sanz