Por Rosalía Gómez, desde Alemania.
Llegó el otoño y con él las calabazas. Nos auguran muchas cosas, como el reinado otoñal con la caída de las hojas, la llegada de los amarillos y los rojos al paisaje, y el día de los difuntos en el que la calabaza es la reina. Se simboliza con ella las calaveras y con sus lucecitas iluminan la inmensa oscuridad que cubre en los meses de otoño al norte de Europa.
Esta semana visitamos un mercado local en Alemania. Este país sustituye nuestros mercados de abastos por mercados locales, que curiosamente son al aire libre y se asemejan más a nuestros mercadillos. Llueve, nieve o granice, los ciudadanos visitan sus mercados, aunque la afluencia se vea reducida por curiosos, no lo es por los consumidores. Más del 50% de sus visitantes son solo curiosos que disfrutan del ambiente. Aprovechan para tomar algo entre amigos después de pasear entre flores, frutas, verduras, pescado, quesos, aceites y puestos de bratwurst y pommes e incluso escuchar a algún que otro músico callejero que a veces con grandes pianos de cola acompañan con sus ritmos.
Cada población tiene su propio mercado local que se celebra una o dos veces por semana, dependiendo del número de habitantes. En ellos los productores o agricultores regionales venden sus frutas, verduras y derivados, aunque cuando no tienen producción propia ofrecen mercancía procedente de cualquier parte del mundo.
Patatas regionales de todas clases y variedades son ofertadas a precios que yo considero altos. La gran distribución no ofrece ofertas mejores sino es en detrimento de calidades. Calabacines y tomates, aún de temporada, pimientos, pepinos y judías siguen siendo ofertados por los productores regionales, acompañados de cebollas, pepinos y rabanitos.
Te puedes sentir en el centro del planeta, cuando de pronto puedes comprar tanto unas naranjas africanas, como una sandía española o unas granás turcas.
Es una plataforma de información de la agricultura en el mundo. Puedes preguntar e informarte sobre cuando se comienza con el tomate regional, o con el belga o el español. Siempre me sorprendió al hablar con alemanes, el conocimiento que un restaurador de arte o un zapatero podía tener sobre cuando comprar productos de uno u otro lugar o sobre sus cualidades.
El origen de estos mercados se remonta a la Edad Media, unos más antiguos y tradicionales que otros, pero con una gran historia y tradición tras ellos.
Situados en los lugares más céntricos de ciudades y pueblos, son un aliciente a turistas y paseantes para visitar y frecuentar estas históricas localizaciones.
El Münsterland es una región agrícola por excelencia en donde la producción de verdura en los meses de verano abastece a sus ciudadanos, sobresaliendo las fresas y espárragos desde los meses de primavera. Encuentras recomendaciones en diferentes medios que incitan a comprar productos regionales en las mismas granjas donde son producidos. Una normativa les permite vender en el mismo lugar de producción en pequeñas tiendas, o incluso, en el caso de la fresa y los espárragos, hay cientos de estands repartidos por toda la región en donde la venta es directa. Da la oportunidad a las familias que viven en ciudades a visitar el campo y recoger con los niños sus propias fresas, si deciden comprar en la propia granja. Es el mejor medio para acercar al consumidor al origen de lo que consume, aunque para sorpresa de muchos, los precios por eso no son inferiores a los del super, solo cambia el lugar de compra. Todo es cuestión de filosofía hay consumidores veganos, vegetarianos , omnívoros, bio y otros que defienden al productor y prefieren que el beneficio sea para él, antes que para las grandes cadenas.
Estands de hierbas aromáticas, o producción bio, que ofrecen incluso la distribución directa al consumidor a domicilio; quesos, que curiosamente son de cabra; aceites, en su mayoría italianos y encurtidos de lo más exótico y elaborado.
Naranjas de Uruguay, África, Argentina, limones españoles y sudafricanos se encuentran en este mercado, ofrecen al consumidor una escala de sabores y supongo que alguna que otra diferencia, que les enseñan a valorar lo que consume.
Bien entrados en octubre crece la llegada de la verdura del sur de Europa. Es el momento de reivindicar la mercancía almeriense, de mostrar cada día nuestras calidades y nuestra capacidad a los consumidores nacionales e internacionales. El que turcos, franceses o italianos produzcan a nuestro lado no ha de preocupar al agricultor experimentado de nuestra provincia, después de aceptar que todos tenemos nuestro lugar solo hay que seguir como hemos hecho hasta ahora. Elaborar adecuadas estrategias de marketing, tanto a nivel nacional como internacional es la mejor herramienta de productores y comerciales .
Vuelven las ensaladas con tomates de Vícar, Níjar o El Alquián. Os deseo buen desarrollo de campaña con el nuevo bautizo de este blog.