
La búsqueda de la fuente de la eterna juventud se traduce en la agricultura de invernadero en la búsqueda de cultivos alternativos. Objetivo: ampliar el abanico de frutas y hortalizas, contrarrestar momentos de sobreproducción de terminados artículos y evitar así los consiguientes hundimientos de precios cuando hay demasiado y de lo mismo en el mercado. Los cultivos alternativos bajo plástico buscan abrir nuevas oportunidades de negocio.
Pero no es fácil. A veces ocurre que agronómicamente no se conoce el cultivo – lo que ocurrió hace casi una década con la papaya y más recientemente con la pitahaya – pero sí se tiene el mercado. Y cuando al fin se conoce el manejo, como ahora ocurre con la papaya, no hay productores que quieran aventurarse porque al principio, en aquellos primeros años se hizo mal. Sin embargo, la realidad actual es que faltan productores de papaya en un mercado que la demanda y la paga bien. Vamos con el pie cambiado.
Los últimos en llegar son maracuyá y melón amargo. El mensaje es el mismo. Hay que casar conocimiento agronómico y apertura de líneas comerciales. Tienen que ir al mismo tiempo. De la mano. Saber producir y disponer de los clientes. Así el proyecto deja de ser aventura y se convierte en una actividad sin riesgo.