Tabla de Contenidos
Sin los invernaderos solares del sur de España el consumidor europeo no sería soberano en su alimentación, como aún lo es hoy día. En una magistral presentación rica en datos, estadísticas y cajón de hemeroteca Manuel Lainez, director de Innovación y desarrollo agroalimentario de Cajamar, dio valor numérico a la producción sostenible, sin uso de energías fósiles y con el sol como fuente y aliado, que caracteriza a los invernaderos solares del sureste peninsular.
Charla impartida esta semana en Almería dentro del II Congreso InVerdadero, impulsado por Hortiespaña ‘Es de invernadero. Frutas y Hortalizas Sostenibles de Europa’ en colaboración con la UE en el marco del programa de promoción agroalimentaria ‘Enjoy, It´s from Europe’.
Grandes en Europa, más pequeños en el mundo
Según los datos aportados por el ponente el invernadero solar supone el 46% y 45% respectivamente del pimiento y el pepino producidos en suelo europeo, el 32% del calabacín y la berenjena; y el 29% del tomate. Números que avalan el origen estratégico de las ensaladas de los consumidores europeos.
“Sin embargo, no somos los primeros productores de hortalizas del mundo, estamos lejos de ello y ocupamos la 11ª posición”, corroboraba Lainez, mientras mostraba una gráfica en la que China es el mayor productor mundial de vegetales, en torno a los 616 millones de toneladas; seguida de India con 145 millones de toneladas; Estados Unidos, 27,1 millones tn; Turquía, 26,6 millones; Vietnam, 17,8; Nigeria, 16,1; Egipto, 15,8; México, 15,6; Indonesia, 13,6; Rusia, 13,2; y España con 11,8 millones de toneladas hortícolas. Por detrás otros productores como Irán, Uzbekistán e Italia.
Muy grandes en España
Se analizamos a nivel más micro y local, los hortícolas de los invernaderos solares del sureste garantizan el autoabastecimiento de los consumidores españoles. Por ejemplo, se producen casi dieciséis veces más pepinos que las necesidades de consumo de pepino en España o casi ocho veces más en el caso del pimiento.
Para entenderlo, los siguientes datos. El consumo medio 2019-2024 de pepino en España está en 35.800 y la producción media 2019-2024 en 571.680; mientras que en pimiento las cifras son de un consumo medio de 112.681 frente a una media productiva de 880.140. Estos números reflejan que gracias a las hortalizas de invernadero hay autoabastecimiento en los hogares españoles y la posibilidad de exportar a Europa aportando valor a la economía nacional.
Alemania y Portugal mejoran como clientes
En este último sentido, dos breves apuntes sobre la exportación. Los países de la UE siguen siendo el mercado objetivo de las hortalizas de invernadero con Alemania a la cabeza, que creció casi un 10% en la última campaña, en cambio bajan un 19% las exportaciones a Países Bajos. Los envíos a la vecina Portugal aumentan en el último año un 34% y un 47% en la media de los últimos cinco años.
En cuanto a países extracomunitarios hay que hablar de Reino Unido y Suiza. En el caso británico las exportaciones disminuyen casi un 3% en la última campaña, una caída próxima al 11% en la media de los últimos cinco ejercicios. Por el contrario en Suiza son todo datos positivos, casi un 14% más en la última campaña y un 25% más en el promedio del último lustro. Simbólicas las exportaciones a Canadá y más inferiores aún las que se dirigen a EEUU.
Uso eficiente del agua en el invernadero
En clave de sostenibilidad el representante de Cajamar contribuyó con argumentos al lema del II Congreso InVerdadero, ‘El futuro no es fake, es sostenible’: “En kilos por metro cúbico la producción en invernadero es cuatro veces más alta que en cultivos al aire libre”, citando un estudio del Ifapa.
Y a partir de ahí algunos hechos reales, descritos por Manuel Lainez: “El riego por goteo permitió reducir el volumen de agua de riego (50%) en comparación con el riego por inundación. En las condiciones climáticas del campo de Dalías, si se cubre la balsa de riego y se almacena el agua de lluvia que cae sobre la cubierta del invernadero, el déficit se reduce en un 53%”.
Lainez también defendió la instalación de sensores en el suelo para ahorrar agua, recordando que desde Cajamar Innova se ha creado una incubadora de empresas de alta tecnología especializada en innovación tecnológica y gestión sostenible del agua con 90 proyectos presentados el pasado año, once de ellos internacionales.
‘El futuro no es fake, es sostenible’
Más argumentos en clave sostenible, como la generalidad de los programas de riego automáticos para controlar la fertirrigación, lo que hace posible bajar el consumo de fertilizantes, mejorar su eficiencia y reducir posibles contaminaciones por lixiviados. En este sentido Lainez mostró cómo en los últimos lustros ha crecido la superficie de invernaderos, en porcentajes de dos dígitos, y sin embargo el consumo de fertilizantes ha permanecido estable.
Otro argumento a favor de los invernaderos solares es el energético. Por ejemplo el cultivo de tomate con calefacción consumo 5,4 veces más de energía por hectárea que el invernadero tipo Almería que solo requiere la energía del sol. Del mismo modo, la producción de tomate con calefacción incrementa 2,75 veces las emisiones de CO2 eq por kilo.
“No podemos producir para cubrir las necesidades de todo el planeta, pero sí podemos desarrollar las tecnologías que permitan producir de forma sostenible alimentos para todo el planeta”, dijo Manuel Lainez.
Lo que busca el consumidor
Por último, en clave de consumidor el ponente describió algunas recientes encuestas que determinan las preferencias del consumidor y las tendencias. Así, ante la pregunta de lo que es más importante para el consumidor, el sabor está como principal prioridad en un rango 45, 42 seguridad alimentaria y 40 precio. Por detrás, origen geográfico, contenido en nutrientes, caducidad, procesado mínimo, impacto ambiental y en último lugar conveniencia, con un rango solo del 9.
En conclusión, los retos actuales de la producción bajo invernadero pasan por conocer la opinión del consumidor/cliente dando una respuesta adelantada a las tendencias. El precio es importante, pero también la diferenciación del producto y continuar, como se hace hasta ahora, ofreciendo calidad estable y permanente en el tiempo.