Tabla de Contenidos
Hongos y bacterias y otros microorganismos abanderan hoy día la segunda revolución verde de la agricultura en un contexto de reducción de químicos y de crecimiento poblacional, sobre todo en los países en desarrollo. El ingeniero Santiago Pérez desmenuzaba así el eje de su ponencia en las III jornadas técnicas de Brandt en Murcia, augurando un cambio disruptivo en el agro a nivel global.
Millones de microorganismos en un gramo de suelo
El suelo es un ente vivo. “Un gramo de suelo contiene millones de organismos de gran diversidad que cumplen la función de reciclar la materia. El suelo contiene millones de microorganismos beneficiosos (y patógenos) y cada uno de ellos ejerce distintas tareas”, describía el agrónomo.
Así en solo el 1% de la fracción del suelo encontramos millones de microorganismos. En un metro cuadrado hay 400.000.000.000 de ellos. Son imprescindibles sobre todo en suelos agotados y pobres de materia orgánica.
“Son fundamentales en la microbiota del suelo. Sin microorganismos no habría vida”, precisaba.
En la microbiota del suelo
Hongos, beneficiosos como las micorrizas y las trichodermas; bacterias de vida libre o endófitas que necesitan entrar en las leguminosas; nematodos, etc; pero también sus antagonistas como los microorganismos patógenos como pueden ser fusarium, verticilium, phytophthora…
El especialista en microorganismos se centró en los beneficiosos como las micorrizas, que las hay de cuatro tipos: “Es un hongo asociado a una raíz que permite a la planta explorar mayor volumen de suelo y aprovechar más el agua y nutrirse mejor”.
Santiago Pérez recomendaba el uso de las micorrizas desde el semillero/vivero para incrementar el sistema radicular en las plántulas.
También las trichodermas, que se alimentan de otros hongos y por ello se convierten en un aliado para el control de especies patógenas de hongos.
“En suelos muy desgastados las trichodermas contribuyen a reequilibrar el suelo, además de ayudar al enraizamiento”, añadía.
Concluimos con las bacterias, que pueden asociarse a las trichodermas. “Bacterias que ayudan a fijar nitrógeno atmosférico para que sea asimilable por la raíz, además solubilizan fósforo y potasio”, esgrimía Santiago Pérez.
Las bacterias cumplen distintas funciones, las hay que potencian más unas u otras actividades, de modo que el interés de cada una de ellas radica según sea su papel en la bionutrición, en la bioestimulación, en la bioprotección o en el biocontrol. Estas dos últimas actividades son cada vez más demandadas hoy día.
Con vistas a futuro y corto plazo los metabolitos de bacterias. Sustancias que ayudan a las bacterias a interactuar e impedir el crecimiento de hongos patógenos.