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Almería y Marruecos compiten en calendarios, en productos y en clientes finales
En los últimos años desde Coexphal en tiempo récord se aportan los datos de los resultados de la campaña recién terminada. Años atrás había que esperar unos meses, ya con la nueva campaña estrenada, con lo cual la lectura de dichos datos perdía actualidad e interés. No ocurre así ahora, ya que apenas hemos cerrado la última campaña 2023/24 y ya disponemos de las cifras más relevantes. Nos vamos a detener en una comparativa entre los ciclos almeriense y marroquí para entender su completo solapamiento.
Tomate, bueno hasta Navidad, mal después
La comparativa la vamos a hacer con dos productos estratégicos, como el tomate en la campaña de otoño/inverno y la sandía en el ciclo de primavera.
En otoño y hasta la Navidad los precios en Almería en tomate fueron buenos, con cotizaciones que asumían la subida de costes de producción de la época Post-Covid. Sin embargo, todo cambió a partir de enero, y salvo semanas sueltas y con vaivenes la segunda parte de la campaña de tomate en Almería fue mala y eclipsó la primera parte que había sido buena.
El paralelismo es evidente con lo ocurrido en el vecino del sur. En Marruecos las altas temperaturas que llegaron a superar los 50º el verano pasado pasarían factura para los cuajes de los primeros tomates de la nueva temporada, a lo que habría que sumar problemas de agua y la incidencia del virus del rugoso.
También otros obstáculos que hasta ahora eran inéditos como los relacionados con la mano de obra, ya que en Marruecos los bajos salarios también desplazan a los trabajadores locales suplidos por subsaharianos, hasta el punto de que ha habido episodios de falta de mano de obra. Amén de otros problemas relacionados con la obsolescencia de las estructuras de los invernaderos.
Resultado de todo ello es que los envíos de Marruecos a Europa se redujeron en la primera parte de la campaña, con menos tomate marroquí en la oferta comunitaria, con lo cual el tomate almeriense pudo responder a la demanda del mercado europeo. Fueron buenos meses para los agricultores españoles, pero en enero la dinámica cambió y Marruecos volvió a ser actor exportador al continente europeo, empujando los precios a la baja.
“En las últimas 10 campañas Marruecos subió sus exportaciones un 77%, pero este último año bajaron un 6%”, explicaba Luis Miguel Fernández, durante la presentación a los medios de los datos del último ejercicio agrícola, “el reto que tenemos en Almería es fidelizar a las cadenas de distribución porque en los meses que Marruecos no pudo responder, Almería sí lo hizo. No podemos competir por precio, pero sí con fidelización y confianza dada a los clientes”.
Por otro lado, el gerente de Coexphal, acompañado por el presidente Juan Antonio González, explicaba también que se han reducido las importaciones españolas de tomate marroquí, como se aprecia en la gráfica adjunta. Descenso motivado en parte por el acuerdo Marruecos-Reino Unido, que ha desplazado a España de los envíos de tomate a las islas británicas convirtiendo al país norteafricano en su principal proveedor.
Para cerrar el capítulo del tomate, la provincia de Almería ha concluido la campaña 2023/24 con un aumento del 8% en volumen de tomate (553.606 toneladas producidas); pero un descenso del 20% en el precio liquidado al agricultor, respecto a la campaña anterior, situándose la media en 83 céntimos.
Sandía, igual superficie y mejores precios
La sandía ha mantenido esta primavera su superficie, sin cambios, en torno a las 10.500 hectáreas en Almería, al igual que un tonelaje similar. Este año los precios al agricultores han mejorado un 28% en relación a la campaña anterior, siendo el artículo con una mayor subida porcentual de la pizarra hortofrutícola almeriense. Esta primavera el promedio de liquidación al productor en Almería han sido 47 céntimos; mientras que el melón que también ha subido su media un 13% más ha cotizado de promedio a 72 céntimos.
En cambio la pasada campaña se produjo en España y en el conjunto de Europa una entrada masiva de sandía marroquí. Piezas de gran formato, sandías tipo crimson elongadas y con pepitas. Se podían ver tanto en supermercados, incluso con promociones, como en las fruterías. Sin embargo, este verano su presencia se ha reducido drásticamente en España y Europa.
El siguiente dato explica bien este cambio: el 60% de la sandía marroquí en Francia ha desaparecido este verano de los estantes, principalmente por un descenso de la producción motivado por la sequía.
Menos producto norteafricano en el mercado, que ha sido aprovechado por los productores españoles de sandía y melón. Almería y Marruecos corren paralelas en sus ciclos de invernadero, tanto en hortalizas como en frutas.