Al abrigo de la sierra de Gádor y junto a un bonito desfiladero en Alhama de Almería se cobija el único vivero dedicado en exclusiva a la crianza de arbustos y plantas reservorio que pueblan, unas en el exterior y otras en el interior, los invernaderos solares de Almería y la costa de Granada.
Nos recibe Carmen Cantón, ingeniera técnica agrícola que emprendió el pasado año un ambicioso proyecto para poder responder a la demanda creciente de infraestructuras vegetales que son necesarias para llevar a cabo el llamado control biológico por conservación. El vivero se llama Controlplant y alberga más de cien especies, tanto para setos exteriores como para plantas reservorio interiores, aunque algunas de ellas se adaptan a ambos ambientes como la lobularia, el hinojo o la milenrama, entre otras.
Rosa García, técnica del departamento de Agroecología de Aproa, y Eduardo Crisol, miembro del departamento de Técnicas de Producción de Coexphal, que nos acompañan, nos confirman que cada vez son más las comercializadoras que animan a sus agricultores a crear infraestructuras verdes alrededor de sus invernaderos solares. Aunque no hay una cifra oficial, se estima que son ya más de 200 kilómetros de perímetros verdes en el exterior de las fincas agrícolas de la provincia de Almería.
Solo Murgiverde supera el centenar de kilómetros de setos, a la que se suman los agricultores de otras cooperativas, como CASI o Coprohníjar. Las últimas en adherirse han sido Costa de Níjar e Indasol. Rosa García nos comenta que, entre ambas comercializadoras, su departamento ha realizado en los últimos meses 23 diseños de setos para invernaderos, lo que deja a las claras el interés creciente por parte de los productores.
Pero quizá el dato más elocuente es el incremento que ha constatado el departamento de Agroecología de Aproa que en 2020 cerró con 20 proyectos de diseño de setos, que contrastan con los 70 diseños hechos en lo que llevamos de año 2021, multiplicándose por tanto la demanda de estas infraestructuras verdes.
“Los beneficios de los setos son muchos: refugio y fuente de alimento (néctar, polen y presas alternativas) para los auxiliares, barrera frente a plagas y mejora del paisaje y de la imagen de los invernaderos”, enumera Rosa García, cuyo departamento, adscrito a Aproa, se encarga “de forma gratuita” de hacer el diseño, asesoramiento y el seguimiento de estos setos.
A título informativo Rosa nos cuenta que a través de los fondos operativos de las OPFHs se subvenciona el 50% del coste de la compra de la planta. Además para recibir dichos fondos las OPFH están obligadas a destinar un 10% de los mismos a medidas medioambientales, entre las que está – como posible opción a elegir – el establecimiento de setos perimetrales.
Además, en la actualidad las certificadoras piden un porcentaje mínimo de revegetación a la hora de conceder determinadas certificaciones.
La propietaria del vivero nos conduce por diferentes bancales, unos al aire libre y otros en pequeños invernaderos de malla donde produce (por semilla y no por esquejes) todas las especies. “Trabajamos todo el año y estamos muy satisfechos de la respuesta y demanda”, señala Carmen Cantón, “más del 80% de nuestros clientes son agricultores de invernadero, y el resto va destinado a jardines públicos”.
Para interior
En el recorrido encontramos un gran número de especies, susceptibles de servir como plantas reservorio de los invernaderos solares, entre ellas hinojo, salvia, maíz, milenrama, caléndula, tagete, girasol o lobularia.
La lobularia es una planta ‘todoterreno’ que funciona muy bien con todos los cultivos. Hace una floración muy seguida, atrae a muchos polinizadores e incluso se rebrota. Pero lo importante, según nos explican, es la diversidad, no hacer monocultivo de plantas reservorio, aunque la lobularia sea la más extendida, hay que combinarla con otras.
Otra especie muy interesante es la milenrama porque “tiene una floración continuada y porque atrae al Necremnus Tutae, una parasitoide autóctono que se encuentra en todas las zonas agrícolas de Almería y que se ha mostrado muy eficaz en el control de Tuta Absoluta”, señala Eduardo Crisol.
Proyectos de investigación
Eduardo nos cuenta también, por otro lado, los resultados preliminares de un proyecto de investigación, a través del grupo operativo Ideas, en el que se ha comparado en cultivos de pimiento invernaderos con setos y otros sin ellos.
“La comunidad de invertebrados que aparecen en torno a un seto es riquísimo, lo que favorece enormemente el control biológico en plagas como pulgón y mosca”, subraya el investigador, “sin obviar la floración, el néctar y el polen que ofrecen las flores”.
Eduardo Crisol nos refiere también otro reciente proyecto de investigación, ‘Corredores agrícolas para la adaptación al cambio climático de poblaciones de polinizadores’, de Coexphal y Aproa en colaboración con Anse (Asociación de Naturalistas del Sureste).
“Romper la monotonía del paisaje, la revegetación del entorno del invernadero nos permite permeabilizar el ambiente, crear entornos más resilientes”, reflexiona Crisol, que insiste en que la clave está en la biodiversidad. “Crear setos monoespecíficos con adelfas no es funcional”, añade en este sentido.
Para exterior
Tanto Eduardo, como Rosa y Carmen coinciden en las características principales que tiene que tener un buen seto. Biodiversidad, floración continuada, plantas autóctonas obtenidas por semilla y un diseño adecuado a cada finca.
“Como mínimo el seto debe tener cinco especies distintas; pero cuantas más, mejor”, insiste Rosa García.
En nuestro recorrido por el vivero Controlplant, mientras hablamos sobre el diseño de los setos vegetales, podemos fotografiar lavanda, sedum sediforme, romero, lentisco, perejil de mar, tomillo, matagallo, retama, esparto, mirto, tomillo de invierno, ajedrea, margarita playera, retama blanca o romero rastrero.
Es un vergel en las estribaciones de la sierra de Gádor. En Alhama de Almería.
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